Capítulo 7

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Preparativos

Violett

Mastico mi barra de granola mientras observo a Kaya dar patadas al saco.

La pequeña de cabello castaño y ojos grises está cubierta de sudor. Su piel blanca brilla con los rayos del sol y su ropa se le apega al cuerpo.

—Esa niña será una maquina de matar — murmura O'Brien a mi lado y yo no puedo dejar de observarla.

La inclinación de la patada, la postura de los brazos y la fuerza con la que lo hace son perfectas. No se ha equivocado en ni un solo movimiento durante horas.

—Sigue sin gustarme que haya aprendido todas esas cosas — murmuro y le doy otra mordida a mi barra de granola —. Ella debió tener amigos, jugar en los parques, comer dulces y crecer como una persona normal.

Permanezco sentada en el césped del patio de la casa en la que nos quedamos, y me escondo de los rayos de sol porque hoy especialmente ando sensible a todo.

—Claro, pero no se puede negar que ahora nadie le podrá hacer daño en un futuro —Mike se encoje de hombros diciendo lo obvio.

Kaya tiene 7 años, sabe 4 idiomas, es inmune al veneno de serpiente, y pelea muy bien.

—Pero nada de eso quita que le robé su infancia —me quejo sin poder contenerlo —, cuando me la llevé hace tres años, no hubo día que no me preguntara por su padre, lo hizo hasta que se cansó de hacerlo porque yo no tenía respuesta que darle.

—Mentiste por su bien — insiste y comprendo que dice la verdad, y aunque sea cierto eso no me hace sentir menos culpable que antes.

—No he parado de mentir desde hace tres años —continúo —. Por momentos me levanto y hasta me creo mis propias mentiras. Le mentí a Killiam, a Kaya, a la tríada, a Dante, y a cada persona que me encuentro.

—Mentir es necesario cuando la verdad es mucho más difícil de creer —Petrova llega con un traje negro y con su cabello rubio agarrado en un moño.

Las facciones de la rusa están mucho más marcadas, y sus ojos se muestran afilados resaltando ese verde esmeralda. Actualmente ella y yo nos soportamos muy bien, aunque a veces seguimos chocando en nuestras ideas y la forma de querer hacer las cosas.

—Ocultar la verdad por un bien mayor — Antonia llega detrás de ella —, mentir no está mal, solo si nadie se entera que es mentira.

La castaña viene con un corte de pelo extraordinario, parece hecho en varias capaz y resalta muchísimo el contorno de su cara.

—¿Dónde fueron ustedes? —Mike las queda mirando con detenimiento, y Petrova me mira enseguida.

—Fueron a hacer un trabajo que les pedí — intervengo y luego cambio el tema —. Te queda muy bien el corte — le digo a Antonia.

Ella me sonríe y luego me lanza un beso.

—Tuve que aguantarla todo el camino hablando de cortes de pelo, y yo le quería cortar, pero la yugular —se queja Petrova y Antonia pone la mano en su pecho de indignación.

—No puedo creer que me trates de esa manera — murmura con dolor fingido y luego se acerca más para sentarse a mi lado en el césped.

Petrova se sienta al lado de Mike y los cuatro miramos a Kaya.

—Cuatro adultos que dicen ser funcionales están sentados en el césped mirando como una niña entrena —Antonia dice un pensamiento en voz alta y no puedo evitar suspirar.

Tengo muchas cosas que hacer, pero hoy quiero meterme bajo las sábanas y no moverme en todo el día.

—Hubo un atentado en la prisión de máxima seguridad —Mike rompe el silencio y giro mi rostro para observarlo. —Trataron de liberar a Zinov Semiónov.

ANEURISMA ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora