Infierno part 4

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Maratón 3/3

Rusia/Moscú

Año 1998

En uno de los barrios más remotos y escondidos de la capital de Rusia, vivía pacíficamente la conocida familia Smirnov. Una familia de zapateros que salía adelante con lo poco que conseguían, pero con los felices que eran al estar viviendo juntos sin ninguna enfermedad que los acarreará.

Nikolay Smirnov, el padre de 4 hijos pequeños: el mayor Alek con 12 años, el siguiente Fadde con 10 años, la tercera Petrova con 7 años, pero hace poco su mujer le había dado una última hija, la pequeña Alisa que apenas tenía 3 meses de haber nacido.

No sabían qué hacer con tantos hijos, porque el dinero apenas les alcanzaba para comer, pero Nikolay siempre se las arreglaba para sacar a todos adelante, junto con su esposa Dasha.

La casa en la que vivían también les empezaba a quedar pequeña, porque solo tenían dos habitaciones y los niños se seguían multiplicando. Así que Nikolay trataba por todos sus medios, vender los zapatos que diseñaba.

Cada mañana, el hombre se levantaba y hacía el desayuno para su mujer, que permanecía a veces toda la noche despierta cuidando a la pequeña niña, luego iba a la cama de sus hijos y los levantaba a todos con un beso, para que desayunaran una taza de leche con un pan, que era lo único para lo que le alcanzaba.

Los niños se restregaban los ojos con pocas ganas realmente de levantarse, pero Nikolay se las ingeniaba para dejar a sus niños comidos, antes de salir a la zapatería, con la esperanza de vender un par de zapatos más y conseguir el dinero para la comida del día siguiente.

— ¡Papá! — gritó Alek — Fadde se metió el dedo a la nariz y luego lo puso en la taza de leche.

— ¡Es mentira! — se excusó el niño.

— ¡Fadde! — hablo contundente el padre —Igual te vas a tener que tomar esa leche con tus mocos — gritó desde la cocina, mientras ponía en un plato un par de huevos para su esposa.

— ¡Iugh, que asco! — Petrova puso cara de tener náuseas, al ver que su hermano mayor se bebía la leche que antes había sido infectada con sus mocos.

— ¿También quieres? — Fadde intenta meter el dedo en la leche de su hermana, pero esta se pone a gritar con la taza levantada.

— ¡Fadde! — vuelve a advertir Nikolay.

Él no tenía nada en el estómago, porque no le había alcanzado para comprar un pan para él.

— ¿Otra vez están gritando por culpa de Fadde? — Dasha su esposa llega con su hija Alisa en brazos.

La pequeña niña, con cabello negro y cachetes regordetes, tenía abiertos los ojos tratando de manotear la barbilla de su madre. Alisa era la única de sus hijos que se parecía a su esposa, porque todos los demás eran rubios con ojos verdes igual que él.

— Lo de todos los días — Nikolay le sonríe de manera cómplice y le tiende el desayuno a su mujer.

Un plato con dos huevos, un pan y una taza de leche caliente.

Ella queda mirando el plato y luego lo mira a él, sabiendo que no había comido, por dárselo a ella.

— Ya comí — miente al ver la expresión de su mujer, pero sabía que lo iba a descubrir.

— No has comido nada, mentiroso — Dasha le da la niña a su esposo, que la toma en brazos con sumo cuidado.

Ya había tenido 3 hijos antes que ella, pero aun así cada que agarraba a su hija se ponía nervioso de hacerlo mal y terminar haciéndole daño.

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