Fanculo, bimba.

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Capítulo 1:

Jazmín.

No era justo. No era justo que me tuviera que despedir de toda mi vida por que mi madre se haya vuelto a enamorar. Tenía que renunciar a todo; a mi novio, a mi mejor amiga, a mi vida. Tenía que dejarlo todo para irme a una casa con tres hombres que apenas conozco.

A por cierto; y mudarme a Italia.

Hoy era el día de la boda de mi madre y se supone que era el mejor día de su vida. Repito, de su vida. No de la mía. A mi no me quedaba más remedio que aguantarme y sonreír.

No digo que no me alegre por ella, pero nada de esto era justo.

La ceremonia había sido un aburrimiento, yo lo que estaba esperando era el convite para las copas e intentar ligarme a algún camarero que estuviera bueno o algún familiar del marido de mi madre.

Es italiano ¿No? Seguro que tendría algún sobrino que estuviera bueno.

-Jazmín, querida. Sonríe un poco, es la boda de tu madre.

-Si, abuela- sonreí.

En fin... por donde iba...

Estaba aburrida. Llevaba todo el día aburrida yendo de un sitio a otro.

Mi madre estaba en una nube, y no la culpaba. Probablemente si yo fuera ella estaría igual.

Me levanté de la mesa en la que estaba y aproveché de que todo el mundo estaba bailando para acercarme a la barra y pedir un chupito.

-Un chupito, de lo que sea- pedí.

-¿Eres mayor de edad?- preguntó el camarero.

Joder.

-No, pero nadie se dará cuenta.

-Lo siento, no puedo poner alcohol a menores de edad.

Este tío me va a dar dolor de cabeza.

-Ponme dos chupitos- pidió una voz masculina detrás de mi.

-¿Mayor de edad?- volvió a preguntar el camarero.

-¿Me ves cara de niñato?- sacó el dni -dos chupitos, tequila.

El camarero le obedeció y puso dos chupito a de tequila a mi lado.

Cuando el se puso a mi lado, lo escaneé.

Alto, pero negro ondulado, ojos verdes oscuros. Tenía cada músculo del cuerpo marcado. Estaba segura de que haría algún deporte. Estaba muy bueno.

Cogió un chupito y lo puso delante de mi mientras que el cogía el otro y lo acercaba a mi.

Reaccioné cogiendo el chupito y brindando con el para después bebérmelo y chupar el limón.

Joder, estaba muy fuerte.

Cuando me terminé el limón, lo miré y pude ver como me escaneaba el a mi.

-¿Ves algo que te guste?- pregunté.

-Todo.

-¿No se supone que cuando algo te gusta lo coges?

-Voy a follarte. Tira para el baño.

Y eso fue todo lo que me hizo falta para obedecerle y andar hacia el baño, sabiendo que el me seguía de cerca.

Una vez dentro, no me dio tiempo a darme la vuelta cuando ya me tenía contra la pared subiéndome el vestido.

Yo tampoco perdí el tiempo y empecé a desabrocharle el pantalón.

Filofobia #1 |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora