Filofobia #1 |+18|

Mas mentiras.

Capítulo 20:

Jazmín.

A la mañana siguiente cuando Gianna y yo bajamos a desayunar, me encontré a mi madre sentada desayunando con todos. Solo faltábamos nosotras.

Fui corriendo cuando ella abrió los brazos y me senté encima de ella llenándola de besos. La había echado mucho de menos y creía que aún quedaban unos días para que llegaran.

-¿Que haces aquí? Pensaba que os quedaban unos días de luna de miel.

-Hemos decidido venir antes.

La voz de mi madre sonaba a preocupación. La miré preocupada. Había algo que a ella le preocupaba y que no me contaran nada no ayudaba.

-¿Qué está pasando mamá?- me levanté de su regazo y me senté en la silla que había a su lado.

Ella me miró, luego miró a Adriano quien negó con la cabeza y finalmente volvió a mirarme a mi.

-Nada de lo que debas preocuparte.

-Tu madre sólo quiere protegerte- intervino Adriano.

Mentira. Estaba mintiéndome a la cara. Lo hacían todos. Pensaban que no iba a soportar lo que tanto se callaban, pero estaban equivocados. Y ya me estaba empezando a cabrear aquella situación en la que todos sabían todo lo que pasaba menos yo.

-Bien, pues cuando queráis contarme que coño está pasando. Estaré en mi habitación- me levanté de la mesa ignorando a todos y subí hasta mi habitación.

Me tumbé en la cama cabreada con todos. No tenían por qué ocultarme nada y mucho menos si me afectaba a mi. Estoy harta de que me traten como la niña pequeña que todos defienden.

No necesito que nadie me defienda.

Escuché abrirse la puerta y creyendo que era Gianna me confié.

-¿Puedo entrar?-Pregunto Giovanni cerrando la puerta.

-Ya estas dentro.

Estaba cabreada también con el. Sabía que el sabía lo que estaba pasando y tampoco me contaba nada. Desde que conocí a Giovanni siempre he pensado que el no era como su hermano, lleno de secretos. Siempre me ha sido muy fácil leer a Giovanni, pero esta vez no me estaba dejando. Esta vez se estaba callando todo lo que sabía y eso me frustraba.

-¿Estas enfadada?- se sentó en la cama.

-No.

-No me mientas.

-Vaya. Eso es justo lo que os llevo pidiendo yo desde que llegué ¿Y adivina que? Seguís haciéndolo.

-Jaz...

-Si no vas a decirme que esta pasando puedes irte.

Lo miré frunciendo el ceño. El me miró y suspiró, pero acabó levantándose de la cama y caminando hasta la puerta. No iba a decirme nada.

-Tu madre sólo hace lo mejor para ti. Igual que todos nosotros y el día que lo sepas, entenderás en por qué.

-Lárgate.

Cerró la puerta tras salir y me fui a darme una ducha para intentar relajarme. Me tiré un buen rato bajo el grifo. Sin pensar. Solo escuchando caer el agua.

Al terminar me lié una toalla en el pelo y me seque el pelo con otra toalla dejándomelo húmedo.

Cuando salí del baño, Gianna estaba sentada en mi cama esperándome.