Filofobia #1 |+18|

Nueva vida.

Capítulo 2:

Jazmín.

-Solo te digo que es mejor así.

-¿Que es mejor así? Mama ¿te estás escuchando? Me estas pidiendo que pase el verano con dos desconocidos en una casa que no es la mía.

Esto era irreal.

-No son dos desconocidos, son tus dos hermanos.

-Hermanastros- corregí -Y si, son desconocidos por que no los conozco.

-Pues ya tendrás todo el verano para conocerlos.

-No me puedo creer que me estes obligando a esto...

-Tampoco es que sea un gran sacrificio. Es pasar el verano con tus hermanos.

-¡HERMANASTROS!- grité.

-Jazmín, os lo pasareis bien. Adriano tiene una gran casa en Italia con piscina y ellos te presentarán a sus amigos.

Pero es que yo no quería que me presentaran a nadie, yo ya tenía amigos. Aquí, en España. Tenía a mi mejor amiga y también dejaría a mi novio. Bueno ex novio.

Yo quería quedarme aquí y seguir mi vida tal y como era ¿Era mucho pedir? Al parecer si.

-Solo será un mes en el que estaré fuera, luego volveré y haremos cosas en familia. Todos juntos- dijo mi madre sonriendo.

-¿Todos juntos?- no, joder -¿No puede ser sólo tú y yo?

-Jazmín, ahora somos una familia. Y te guste o no, ya no estamos solas.

Suspiré. ¿Para que seguir poniendo quejas? Igualmente tenía que pasar un mes sin mi madre y con dos hermanastros que ni conocía.

-Venga, haz las maletas. El avión nos espera.

-¿Ya? No he tenido tiempo de despedirme de Carla- mi mejor amiga.

-No te vas al fin del mundo- le quitó importancia.

-No, solo me voy a Italia.

-Os volveréis a ver cuando queráis.

Fui a mi cuarto y preparé las maletas. Y digo maletas por que llevo tres. Es toda una vida metida en tres maletas, ya que mi madre venderá esta casa cuando vuelva de su luna de miel.

Intente llevármelo todo. Pero obviamente no podía. Así que metí toda la ropa primero y luego varias cosas. Entre ellas una foto de Carla y mía de pequeñas.

Se que mi madre iba a trasladar todo a la nueva casa, pero prefería llevarme lo más importante ya.

Cuando lo tuve todo listo, llevé maleta por maleta a la entrada y esperé a mi madre sentada en un sillón.

-¿Lo tienes todo?- preguntó con su maleta.

-Si.

-Pues Vámonos.

Al salir teníamos un coche esperando, quien nos llevó al aeropuerto. Existían taxis no se por que tenía que mandar Adriano a que nos recogieran.

Una vez en el aeropuerto, el chofer nos metió directamente en la pista de aviones y paró justo al lado de un avión más pequeño que los demás.