Filofobia #1 |+18|

La vida es muy sabia.

Capítulo 18:

Jazmín.

Por la mañana temprano, me despertó el ruido de alguien moviéndose de un lado a otro guardando las cosas.

Abrí los ojos y cuando dejé de ver borroso, vi a Marco haciendo mi maleta a toda prisa.

Me incorporé en la cama y me quedé mirándolo sin entender nada.

-¿Que haces?

-Vístete. Tenemos que irnos. Ya.

Órdenes y más órdenes pero nunca diciéndome que coño pasa.

-¿Me vas a decir que esta pasando o no me levanto de la cama?

Leandro entró a la habitación como por su casa y le dijo a Marco que teníamos dos minutos para salir del hotel.

-Jazmín. O te vistes, o te cojo a rastras y sales en pijama. Tú decides.

Terminé levantándome de la cama y vistiéndome sin protestar por que parecía al límite y no tenía ganas de seguir tensando la cuerda.

-Vamos- agarró mi mano tirando de mi por el pasillo hasta las escaleras.

Teníamos cuatro hombres delante y dos detrás. Marco y su seguridad.

Giovanni se incorporó a nosotros minutos después en el parking y me miró sonriendo. Sonrisa que borro cuando Marco nos pillo sonriendo a los dos.

-¿A donde vamos?- pregunté.

-A casa.

Decidí no preguntar nada más y meterme en el coche. Esperé a que Marco hablara con sus hombres y luego entró también al coche.

Me quedé mirándolo en busca de una explicación que obviamente sabía que no me iba a dar por las buenas. Así que, cuando vi que la cuerda se destensaba volví a tensarla.

-¿Por que tenemos que irnos de esta manera?

-No es asunto tuyo.

-Si, si lo es por que resulta que yo también estoy aquí.

Marco suspiró y aceleró cuando entramos en una autovía.

Teníamos dos coches de sus hombres delante y otros dos detrás aparte del de Giovanni.

-¿Así es como va a ser mi vida a partir de ahora? ¿Llenas de secretos y mentiras? Genial.

-No creo que puedas soportarlo.

¿No cree que pueda soportarlo? ¿Es que acaso no he dejado claro que soy más fuerte de lo que todos piensan? Estoy harta de que todos crean que por tener diecisiete años me tomen como una niña pequeña.

-No soy tan frágil como todos creéis.

-Ni tan fuerte como crees que eres- me miró un segundo y volvió a posar los ojos en la carretera- Deja de querer jugar a los adultos, eres una niña de diecisiete años.

-Perdona, pero creo que cuando follamos eso no te importa mucho.

Apretó la mano en el volante.

-¿Crees que vas a sacarme de quicio?- se rió- No lo vas a conseguir.

-¿No? Bueno. Yo creo que no se me da nada mal hacerlo. Sacarte de quicio digo. Por que, bueno. Follar según Giovanni lo hago de puta madre.

Marco metió quinta y aceleró más. Justo la reacción que esperaba.

-Deja de tensar la cuerda floja por la que andas. Recuerda que bajo ella hay lava- advirtió.

-A veces quemarse es lo único que nos salva de lo que más tememos.