Fingir para salvarlos a ellos.

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Capítulo 39:

Marco.

Cuando ese jodido mensaje sonó en mi móvil avisando de que había recibido un vídeo de un número desconocido, lo abrí. Y la vi.

En el momento en el que le puso una mano encima deseé matarlo con mis propias manos. Lo haría.

Empezó tirándole del pelo y luego la cogió del cuello asfixiándola. Ella intentó quitárselo de encima, pero no pudo cuando otro hombre la agarró de las manos.

Alejandro miró a la cámara sonriendo.

-Será mejor que os deis prisa en encontrarla. Estoy seguro de que tengo a unos cuantos amigos que pagarían mucho por ella. ¿Estas de acuerdo Marco? Creo que tú serás el primero en caer.

La sangre me hervía. Jazmín empezaba a necesitar oxígeno. Empezó a toser y el color le empezaba a cambiar.

-¿De verdad sois tan imbeciles como para pensar que me dejaría coger? Todo estaba planeado y vosotros caísteis en la trampa. Bien, quiero a Adriano D'Angelo y sin tonterías o despediros de ella.

Cabrón...

Jazmín se rió de el, lo que provocó que Alejandro apretara más su cuello.

-Se está empezando a poner azul- se rió -tic tac. El tiempo corre.

Cuando la soltó, ella cayó al suelo y el le metió una patada en el estómago haciendo que Jazmín se retorciera. Hijo de puta...

Cuando el vídeo acabó estampé mi puño en la pared. Le hice un agujero a el hormigón y mis nudillos empezaron a sangran. No me dolía. Me dolía el alma de no poder sacarla de allí ahora mismo. De ver como le pegaba ese hijo de puta. De no poder protegerla. De saber que yo tenía la culpa por haberla dejado sola en el garaje.

Mi padre y Giovanni estaban conmigo viendo el vídeo. Giovanni estaba en shock y mi padre seguía mirando la pantalla de mi móvil apagado.

-Hay que hacer algo- dijo Giovanni cuando pudo hablar -tenemos que sacarla de allí, ¡Joder! Tenemos a muchos hombres, no sera muy complicado.

-Giovanni...- susurró mi padre.

-¿¡Que!?

-Jazmín ya está muerta.

Mi cabeza giró hacia el hombre que decía ser mi padre y lo fulminé con la mirada. Me acerqué a él y lo encaré.

-Si vuelves a decir eso... te parto la cara.

-Marco, tenemos que ser realistas. A estas alturas le habrán torturado para sacarle información y al ver que no decía nada, la habrán matado.

-¡QUE TE CALLES, MALDITA SEA!

La simple idea que ese pensamiento me mataba, literalmente. Notaba como mi cuerpo se agotaba poco a poco al pensar en ella torturaba, en ella muerta... no, Jazmín no estaba muerta. No podía estarlo.

Me dolía, joder. Quemaba. Ardía. Ese pensamiento agarraba mi corazón y lo estrujaba hasta sacarle la ultima gota de sangre.

-Hay que pensar a donde la pueden tener- dijo Giovanni apoyándome.

-En el video no se ve nada. Solo paredes. La tienen encerrada como a un perro.

-No le ha podido dar tiempo a llevársela muy lejos.

-Pero si lo bastante alejado como para confundirnos- me pase la mano por el pelo -un lugar aislado, donde nadie pueda escuchar nada.

-Un bosque- Giovanni se levantó del sofá -apartado de la civilización.

Filofobia #1 |+18|Where stories live. Discover now