Paseo por Italia.

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Capítulo 11:

Jazmín.

Me desperté por los golpes que sonaban en la puerta de mi cuarto. Al principio intenté ignorarlos, pero cada vez iban siendo más y más fuertes hasta que alguien entró en mi cuarto.

La cabeza me dolía un poco, supongo que a causa de las copas que me bebí anoche con Gianna.

Miré la silueta que estaba parada a los pies de la cama observándome.

-¿Que coño quieres?- pregunté tapándome la cabeza con las sábanas.

-Algo simple- contestó -le dirás a mi hermano que no puedes ir con el a conocer Italia.

Me destapé la cabeza y lo miré. No pude aguantar la carcajada que me salió de la garganta y empecé a reírme.

Marco se cree que puede manejarme a su antojo, que soy una tonta y que dejaré que me mangonee como le de la gana. Y no puede estar más confundido.

-Sal de mi cuarto- le ordené.

-Creo que se te ha olvidado quien da las órdenes aquí.

-Creo que es a ti a quien se le ha olvidado que no cumplo tus malditas órdenes- levanté la voz.

-Estas empezando a tocarme demasiado los huevos, Jazmín. Déjate de putos juegos y haz lo que te digo.

Me destapé cabreada, me levanté y fui hasta donde el estaba para encararlo.

-Y tú me estás empezando a tocar el coño. Así que, por tu bien. Déjame en paz.

Me di la vuelta dándole la espalda, pero no me dio tiempo a dar más de dos pasos cuando me agarró de la nuca y tiró de mi hacia tras estampándome contra su pecho.

Mi respiración se aceleró y podía sentir su aliento acercándose a mi mejilla. Mis bragas se humedecieron ante ese gesto y lo odie. Odie que mi cuerpo tuviera esa reacción cuando el estaba cerca o me tocaba.

-¿Me amenazas?- preguntó susurrando en mi oído.

Su lengua chupo mi lóbulo hasta llegar a mi cuello y una vez allí, me mordió. Intente zafarme de su agarre, pero fue en vano.

-Como vuelvas a hablarme así- me apretó el cuello -te follare duro, pero no dejaré que te corras. Y así una y otra vez, hasta que me ruegues.

Sus palabras provocaron en mi entrepierna más humedad aún. Puede que suene masoquista, pero por un momento, solo uno. Pensé en que quizás valdría la pena correr ese riesgo.

Luego recordé que es de Marco de quien estaba hablando, y que sabía perfectamente que lo haría. Que me follaria, pero que me dejaría borde del orgasmo.

-Sigue soñando, máquina- si un paso hacia delante y logré quitarme su mano de mi nuca -ahora sal de aquí. Tengo una cita con tu hermano.

Abrí la puerta echándome a un lado para dejarlo pasar. Obviamente sabía que no iba a ser así de fácil que Marco saliera de mi cuarto.

A cada paso que daba, yo me ponía más nerviosa, pero no iba a dejar que lo notase.

-Si me entero de que pasa algo en esa cita...

-¿Que?- lo corte -¿Que vas a hacer?

-Cortarle la polla a mi hermano- se acercó -y a ti coserte el coño.

Tragué saliva para que el nudo que tenía en la garganta pudiera bajar. No estaba hablando en serio, pero si mirada me decía todo lo contrario.

Salió de mi cuarto sin decir más nada y cerré de un portazo soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo en los pulmones.

Filofobia #1 |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora