No grites.

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Capítulo 3:

Jazmín.

-Me da la sensación de que nos llevaremos muy bien, Jazmín- dijo medio sonriendo.

No se en que sentido lo dice, pero espero, por el bien de todos que no diga nada de lo que paso el día de la boda.

Lo tenía justo frente a mi, mirándome fijamente. Me sentía pequeña por lo alto que era el. En realidad, los D'Angelo son altos, pero Marco supera a su padre en altura y eso ya es complicado.

-Seguro que si- afirmó mi madre -ahora sois familia.

No me lo recuerdes, mamá.

-Los chicos podrían presentarte a su grupo de amigos, así no te sientes tan sola- dijo Adriano mirando a Giovanni.

-Claro, puedes salir con nosotros- me sonrió.

-No soy canguro y mucho menos llevo una guardería- intervino Marco.

¿Me estaba llamando pequeña?

-Perdona, ¿Te crees mayor?- pregunté arqueando una ceja.

No iba a dejar que me incomodara.

-¿Con veintiuno? Si.

Joder, ese dato me faltaba. No sabía que tenía veintiuno. Osea sabía que era mayor, pero no tanto.

-Perdón, no sabía que hablaba con un anciano- contraataqué.

Marco de un paso quedó a centímetros de mi y tuve que levantar la mirada para clavarla en sus ojos.

-No te conviene vacilarme, bimba- sonrió y me guiñó un ojo.

Me di cuenta que no me convenía seguir con esto por que posiblemente sería capaz de soltar aquí mismo que el día de la boda mientras todos bailaban, el y yo estábamos en los baños follando.

Di un paso atrás y lo miré sonriendo.

-Fanculo- le guiñé un ojo.

Me giré hacia mi madre que estaba con Adriano.

-Voy a deshacer las maletas- dije.

-Vale, nosotros tenemos el vuelo esta noche y nos gustaría cenar todos juntos antes de irnos- Adriano miró a sus hijos- TODOS- repitió mirando a Marco.

-Que si, que te he escuchado.

Los ignoré y subí las escaleras, pero cuando llegué arriba, me di cuenta que no sabía cual era mi habitación.

Todas las puertas eran iguales y había mínimo cinco.

Joder.

Por lo que sabía, aquí arriba solo dormíamos los tres "hermanos" nuestros padres dormían en la tercera planta, que era una planta sólo para ellos.

Avance por el pasillo dudosa y me puse a contar las puertas y al llegar a la tercera decidí abrir.

Pero en ese instante me di cuenta que no era la mía.

-Creo que te has confundido de cuarto- escuche decir detrás mía.

Me di la vuelta y me encontré con Giovanni.

-Perdona, creo que no se cual es mi habitación- cerré la puerta de la suya.

-Si yo fuese tu, me pasaría lo mismo. Tú habitación es esa- señaló la que estaba justo al lado de la suya- y la que tienes al otro lado, es la de Marco.

Genial, que alegría.

-Gracias.

-No hay de que- sonrió -y por cierto, ignora a mi hermano. A veces puede ser un gilipollas.

Filofobia #1 |+18|Where stories live. Discover now