Bienvenida my lady.

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Capítulo 28:

Jazmín.

Los días fueron pasando y yo cada mañana iba al cementerio a visitar a mi madre. Tatiana se iba mañana, ya que había alargado su vuelo para poder estar el día de mi cumpleaños. Por que si, hoy cumplía dieciocho años. Toda la vida esperando este momento ¿Y para que? Para nada.

Carla me despertó dando botes en la cama y yo le di con la almohada.

-Déjame dormir.

-¿Dormir? Son tus dieciocho. Sal de la cama.

Bajamos en pijama a la cocina, donde ya estaban todos terminando de desayunar. Me senté en mi sitio en silencio y Lia me puso un bizcocho casero delante con dieciocho velas encendidas.

-Feliz cumpleaños. Pide un deseo.

Agradecí el detalle de Lia, pero no tenía ganas de celebrar mi cumpleaños y recordarme que mi madre no estaría como cada año.

-Deseó que me digan la verdad- sople las velas y los miré a todos. Primero a Adriano, luego a Giovanni y por último, a Marco- mi madre me prometió que a los dieciocho me lo contaría todo y dudo que un muerto pueda hablar, así que... ¿Quien empieza?

Se miraron entre ellos pero ninguno fue capaz de abrir la boda. Así pues, decidí tomar la iniciativa.

-Esta bien. Empezaré yo- me puse de pie y apoyé las manos en la mesa- a partir de este momento, asumo el papel de mi madre- todos me miraron- Adriano, estas en la mierda para llevar este negocio, y lo sabes. Solo sales de tu cuarto para comer y a veces ni eso. Marco es el que siempre se encarga de todo con Giovanni y ahora yo seré la signora della mafia italiana.

( Signora della mafia italiana = Lady de la mafia italiana)

-Estas loca- Marco se rió.

-No me subestimes- lo miré- ¿Sabes que es lo más peligroso que hay en este mundo? Una mujer dolida.

-Jaz, creo que deberías de dejarle ese trabajo a ellos- comentó Tatiana.

-Ahora yo soy parte de ellos.

-Estoy contigo- Carla me apoyó -necesitas respuestas.

-Pues lo siento mucho, pero no seré testigo de como cavas tu propia tumba- No culpaba a Tatiana de no querer apoyarme, pero si que la necesitaría en este camino.

-Y no te lo echaré en cara.

-Esta bien, se acabó. ¿Quieres jugar a las mafias? Genial. Sígueme- Marco se levantó cabreado y lo seguí hasta el despacho de Adriano.

Entré en aquel despacho que olía a whisky y tabaco. Adriano prácticamente vivía aquí desde que murió mi madre y ahora entiendo el por qué. Estaba investigando sobre su asesino.

Había un montón de papeles por todo el escritorio. Fechas, nombres, apellidos, números... Marco sacó del cajón un sobre grande y lo tiró encima de la mesa.

-Ábrelo y dime si lo reconoces.

Cogí el sobre y lo abrí.

Me quedé mirando las fotos del hombre que aparecía en ellas. Un hombre que conocía bien. Un hombre que me dio la vida. Mi padre.

Pero no podía ser... mi padre estaba muerto. Yo fui a su funeral. Yo misma vi a mi madre llorar por el...

-¿Lo reconoces?- preguntó.

Quería decir que no. Que no sabía quién era aquel hombre que sostenía en su mano una pistola, pero mis labios pronunciaron lo contrario.

-Si.

Filofobia #1 |+18|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum