Filofobia #1 |+18|

Primera muerte.

Capítulo 22:

Marco.

Cuando vi que Alessio se las llevaba en el coche, yo me subí al mío y aceleré hasta llegar a casa de Camillo donde supuse que seguía Fabbio con el.

Cuando pegué y Camillo me abrió fui en busca de Fabbio al jardín.

Lo cogí del cuello y lo estampé en la pared que tenía detrás.

-¿Qué coño haces?- preguntó intentando quitarse mi mano del cuello.

-Como vuelvas a drogar a Jazmín, te arranco la lengua- apreté más la mano- y sabes que soy capaz.

-Fue...-le costaba respirar- fue ella la que quiso probarla.

-Pero tú se la ofreciste.

Lo solté cuando se empezó a poner un poco azul y tosió en el suelo.

Cuando se levantó le pegué un puñetazo y volvió a caer al suelo.

-No hagas que vaya a buscarte de nuevo- advirtí

**

Giovanni.

Marco llegó a casa echando chispas. Casi tira la puerta abajo al cerrarla.

Subió directamente a su habitación y fui tras el. Si venía así era por que había pasado algo con Jazmín.

Entré en su cuarto sin llamar y lo vi en el baño lavándose las manos. ¿Eso era sangre?

-¿Que coño ha pasado?

Marco me ignoró quitándose la camiseta y cogiendo los guantes de boxeo.

-Que me digas que cojones ha pasado- lo cogí del brazo.

-Como vuelvas a tocarme te uso como saco de boxeo- dijo dándome un manotazo.

-Dime que ha pasado. ¿Por que tenías sangre?

-De Jazmín.

-¿De Jazmín?- me puse delante de él- ¿Que coño ha pasado?

-Que estaba drogada, tropezó y se partió la ceja. Eso ha pasado.

-¿Drogada? -pensé- Fabbio.

-Exacto- suspiró- he tenido que utilizar todo mi autocontrol para no matarlo.

-No puedes ir por ahí matando a todo el mundo- le recordé.

-¿Ah no?- se rió- ¿Y quien me lo impide? ¿Tu?

-La ley.

-Me paso la ley por la punta del nabo.

Salió del cuarto y volví a seguirlo escaleras abajo hasta la cocina.

Estaba de los nervios y sabía que se metería en el sótano a boxear durante horas. Siempre hacia lo mismo cuando se enfadaba.

-¿Y Jazmín?- preguntó Olivia.

-En casa de Gianna- le contestó Marco.

-Déjala. Así no hará mas preguntas- intervino mi padre.

No era justo que le estuviéramos mintiendo a Jazmín. Merecía saber toda la verdad, pero no podía contárselo yo. Debía de hacerlo su madre.

-El día que lo sepa... no me lo perdonará- Olivia puso los codos en la mesa y se frotó la cara con sus manos.

-No fue culpa tuya- le dijo mi padre.