Filofobia #1 |+18|

¿Verdad o reto?

Capítulo 21:

Jazmín.

Para ser sincera. Al principio estaba un poco cortada, pero luego los chicos hicieron que me sintiera cómoda. 

No sabía como ellos con lo simpáticos que eran pudieran ser amigos de Marco.

Me caían todos muy bien, pero Camillo era el que más. El era como un niño chico pero en grande. Y eso me gustaba.

A penas llevábamos unas horas juntos y ya teníamos bastante confianza como para beber del mismo vaso, o compartir cigarro, en este caso: porro.

Era la primera vez que fumaba maría y no podía parar de reírme por todo y por nada.

Me lo estaba pasando genial. Como hacía tiempo que no lo hacía. Y me sentía bien.

-Jaz, te reto a darle un beso a Gianna en los labios- me retó Alessio.

Estábamos jugando a verdad o reto desde hacía ya un rato y todavía no había elegido verdad. Me gustaba más el riesgo.

Miré a Gianna y ella sonrió.

Me acerqué a ella y le planté un beso.

-Dios, me he puesto cachondo- Fabbio le pegó una calada a su porro mientras se reía.

-Te toca- miré a Gianna- ¿Verdad o reto?

-Reto.

-Chupetón a Alessio.

Ella se levantó sin protestar y lo hizo.

Seguimos jugando un rato más, pero vi como Fabbio se levantaba cogiendo una de las bolsitas con polvos blancos y lo seguí.

Se metió en la cocina y allí esparció el polvo en la encimera.

-¿Que haces?- pregunté.

-Drogarme- se rió -¿Quieres?

Dudé.

-¿Qué es exactamente?

-Coca.

Sacó de su bolsillo un trozo de pajita e inhaló el polvo de la encimera. Me miró esperando una respuesta.

¿Que me puede pasar por probarlo...?

-Vale- accedí.

Me pasó el trozo de pajita que el había utilizado segundos antes y lo imite inhalando el polvo blanco de la encimera.

Me froté la nariz cuando me incorporé y le sonreí.

-Ni una palabra- le advertí.

-Mis labios están sellados.

Guardó el polvo que había sobrado y salimos de nuevo al jardín.

Me senté en mi sitio y Camillo me pasó el porro en cuando me vio.

Gianna me dio un codazo cuando lo cogí y ña miré. Parecía... ¿Preocupada? Estaba bien. Estaba más que bien.

De repente me sentí eufórica. Con muchísima seguridad en mi misma. Y tranquila. Muy tranquila.

Después de un rato, seguíamos bebiendo. No habíamos comido nada. A penas eran las una de al medio día y ya estaba borracha y colocada. Pero bueno, era verano ¿no?

La cosa fue empeorando. Cuando di mi siguiente calada al porro fue cuando me afectó todo de tal manera que empecé a marearme.

-¿Estas bien?- Gianna me preguntó pero no contesté- Jaz, estas pálida.