No hay nada que pueda conmigo.

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Capítulo 29:

Jazmín.

Mi fiesta de cumpleaños se fue de control. Gianna dijo que solo seríamos nosotros y acabamos con muchos más invitados de lo previsto.

Estaba segura de que si me alejaba de la casa unos diez kilómetros la música se seguiría escuchando de lo alta que estaba.

Había de todo, desde comida y bebida. Hasta drogas de todo tipo, y ahí estaba el problema...

No sabía si seria capaz de decir "no" más de tres veces seguidas si alguien me ofrecía. Se que lo prometí y pienso cumplirlo, pero no se si podré hacerlo sola.

Fabbio de vez en cuando me hacía señales para irnos a solas, a las que yo me hacía la loca. Sabía que si me alejaba de Gianna, Carla, Tatiana, Giovanni o Marco... acabaría metiéndome coca.

La gente lo hacía, se metía a cada rato y les daba igual quien estuviera delante. Podía soportarlo, girando la cabeza o apartando la mirada. El problema estuvo cuando Fabbio sacó un par de bolsitas y las puso en la mesa. Ahí fue cuando empecé a ponerme nerviosa y a no poder parar de mover la pierna.

Las manos me sudaban y la nariz me picaba. Vi como Fabbio se metía una raya y luego me miró sonriendo. Cabrón.

Me bebí lo que me quedaba de la copa de un trago y me levanté de mi silla.

-Ahora vengo- no esperé a que nadie contestara. Me fui y me metí en el baño más cercano.

Respire hondo varías veces y me mojé las manos y la nuca. Me miré al espejo y me dije a mi misma que podía con esto, que solo era un bache más y que podía soportarlo.

Al abrir la puerta del baño Fabbio me esperaba sonriendo apoyado en la pared.

-¿Vas a seguir aguantándote?- preguntó sonriendo- Sabes que no puedes...

-No hay nada que pueda conmigo.

-¿No? ¿Y por que tiemblas? ¿Vas a negarme también que sudas? ¿Que estas nerviosa? Venga, Jaz... la coca te puede. Yo puedo ponértelo fácil- sacó una de sus bolsitas- es nuestro secreto ¿Recuerdas?

Por un momento lo pensé. Pensé en lo fácil que sería todo. En la buena sensación de estar en otra realidad... pero luego, luego pensé en mi madre. En la promesa que le hice a ella y a Marco. Así que, no. No iba a arriesgarme a no cumplir con la promesa de encontrar al maldito asesino que mató a mi madre y matarlo yo misma y para eso, tenía que estar limpia.

-Aparta- lo empujé, pero me agarró del brazo.

-Hace poco me rogabas por más.

-Hace poco estaba perdida y rota. Y digamos que no es muy buena combinación.

Salí al jardín y me eché otra copa antes de sentarme con los demás. Ellos seguían riéndose por cualquier cosa, excepto Marco. El miraba a Fabbio y luego me miró a mi y entonces supe que se había dado cuenta.

Alessi y Fabbio volvieron a esparcir el polvo blanco por la pequeña mesa y luego lo inhalaron.

-¿Quieres?- preguntó Fabbio sin importar quien estuviera delante.

Vi como a Marco se le tensaban los hombros y todos me miraban a mi esperando una respuesta un "no".

-¿Sabes lo que quiero?- sonreí -que te de una sobredosis y me dejes en paz, ¡joder!- me levanté cabreada con el. Conmigo. Con todo el mundo.

Filofobia #1 |+18|Where stories live. Discover now