Capítulo Diez

2.8K 473 57
                                    

Wang Yibo y Lan Wangji habían partido de vuelta a Gusu. Era su tercer día de viaje debido a las condiciones en las que estaban los refugiados. Luego de enviarle un mensaje flash a Lan XiChen poniéndolo al tanto de la situación, el mismo Líder Lan se encargó de enviar una carta con su sello oficial para dar aviso al Líder del Clan Jin sobre su decisión con los remanentes del Clan Wen. Afortunadamente, recibió el apoyo inesperado de Nie Mingjue. Aunque Yibo atribuye esto al justificado desagrado que el hombre le tiene a los Jins.

Los discípulos iban guiando los carruajes, montando algunos sus propios corceles. Así como el mismo Wang Yibo, quien a un lado de su propia montura llevaba la silenciosa compañía del Segundo Jade. Yibo se preguntaba mentalmente, ¿Cómo se iría a tomar todo esto Jiang Cheng? después de todo apenas ha intercambiado cartas con su shidi. Más que nada, han hablado sobre cómo avanza la reconstrucción de la Secta, y él siente una punzada de culpa por no estar junto a su hermano para ayudarlo.

Así como también la culpa lo carcome, por no haberlo puesto al tanto de su situación confiando por sobre él en los Lan; sin embargo no podían tampoco criticar mucho a Wang Yibo. Conociendo el temperamento del otro Joven, posiblemente habría estallado en un terrible ataque de ira e incluso, se habría vuelto más sobreprotector. Tampoco quiere que Jiang Cheng cargue con la culpa de haberse visto sin opciones, terminando por darle su propio núcleo dorado. Sumándole a su captura de los Wen, para ser lanzado a Túmulos Funerarios sin protección espiritual.

Jiang Cheng se volvería loco.

Wang Yibo soltó un largo suspiro, hablando para sí mismo. —¿Me irá a perdonar algún día?

—¿Wei Ying? —una voz con una evidente nota de preocupación vino desde un lado de Yibo, provocando que inconscientemente una sonrisa llena de calidez se formara en su rostro antes de mirar al dueño de aquella profunda voz.

—¿Qué ocurre Lan Zhan?

Lan Wangji lo inspeccionó minuciosamente. —Te pregunto lo mismo —dijo— ¿Sucede algo?

El menor desvió la mirada hacia el cielo contemplativo. Unos momentos después, respondió. —Me pregunto cómo reaccionará Jiang Cheng cuando se entere de todo esto —agitó su mano— ya sabes...lo del núcleo, los Wens... —Yibo frunció sus labios formando un puchero inconsciente—...Jiang Cheng suele ser muy competitivo cuando sobre asuntos de secretos se tratan, Lan Zhan; él de seguro estará furioso cuando sepa la verdad y que lo he mantenido al margen de la situación.

Wang Yibo se ha sorprendido a sí mismo, adaptándose sin problema alguno a este tipo de referencias como si hubiese sido él mismo quien vivió todos aquellos sucesos pasados. Como si realmente se hubiese criado con los hermanos Jiang, como si los conociera como la palma de su mano para saber de qué manera reaccionaría cada uno independiente de su conocimiento por haber leído la historia de un libro.

Sobre todo, se sorprende del alcance de sus sentimientos por el Joven que lo acompaña en el otro corcel a su lado. Lan Wangji provoca en él, cosas que jamás imaginó podría sentir por alguien más que no fuera Xiao Zhan; hasta el momento, ni siquiera había recordado aquella razón por la cual terminó en ese mundo sintiéndose tan en casa a lado del Jade.

—Es tu hermano, él entenderá —dijo Lan Wangji sonando muy convencido, como si al igual que Yibo conociera bien a Jiang Cheng—...él debe hacerlo.

Oh, muy bien. Eso sonó como una obligación que debería venir de su shidi. Wang Yibo sintió una punzada de preocupación por ello.

—Lan Zhan, él no tiene la culpa. Fue mi decisión e insistencia entregarle mi núcleo. —trató de hacerlo razonar—....si Jiang Cheng se hubiese enterado antes, jamás me habría dejado llevar a cabo la cirugía. Puede ser un poco rabioso y tratar de actuar indiferente con respecto a lo que siente y su trato conmigo. Pero esa es su forma de demostrar su preocupación, no lo juzgues por eso....¿por favor?

Tᴏᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴜɴ sɪᴍᴘʟᴇ ᴅᴇsᴇᴏ (Transmigración) [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora