Capítulo XII

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Wang Yibo sintió su espalda fría repentinamente. Xiayu Nuan no dejaba de observar al Jade con una sonrisa divertida que acaparaba la mitad de su rostro; la adolescente cargó su codo en la mesita, con dos de sus dedos en el mentón.

El hombre la miraba con su estoica y gélida expresión. Sus dorados ojos, la observaban con toda la frialdad lo suficiente para congelar el mundo entero. Una mirada que podría intimidar a cualquiera y provocar que la víctima de dicha mirada se lamentara por existir.

Sin embargo, Xiayu Nuan no es cualquiera.

—Lan Wangji, Lan Wangji —pronunció arrastrando las palabras con una sonrisa torcida, y una expresión desinteresada—...lejos de causarme terror por mirarme como si quisieras matarme. La verdad de las cosas, es que.... Me pone cachonda.

Soltó aquellas palabras sin filtro alguno, provocando que Wang Yibo se atragantara y que la postura rígida de Lan Wangji perdiera tensión. De hecho, el mayor pareciera que se fuera a desmayar por aquella confesión descarada.

—¡Xiayu Nuan!

—¡Insolente! —pronunció Lan Wangji entre dientes con sus orejas tan rojas como pétalos de rosa. Ella se sintió victoriosa por causar tal reacción en el hombre incluso si este pareciera a punto de sacar su espada y cortarla en pedacitos.

La aludida encarnó una ceja. Sin embargo, volviendo a una posición más decente formó una presentable reverencia. —Esta se presenta como Mù Lán¹, título Xiayu Nuan.

Wang Yibo estaba boquiabierto. —¡Hey! te he estado preguntado todo este tiempo sobre tu nombre real, ¡y a Lan Zhan apenas lo acabas de conocer!

Mu Lan se encogió de hombros. —Está jodidamente caliente, ¿por qué no? Si él me pisara, le daría hasta las gracias.

—¡Mu Lan! —Wang Yibo no podía creerlo. Está bien, sabía que la mocosa en sí era extremadamente desvergonzada, hablando una y otra vez perversidades; pero otra cosa era escucharla hacerlo frente al receptor de dichas palabras subidas de tono.

Ella sonrió ampliamente sin lucir ni una pisca de arrepentimiento. —¿Sí, Hermano Xian? ¿por qué te ves tan alterado? Mira a HanGuang-Jun, se lo ha tomado mejor. A menos que... —sus ojos se estrecharon fingiendo estar buscando algo— ¿te gusta Lan Wangji?

Listo, eso fue suficiente.

Wang Yibo se puso en pie, de un solo salto acomodando sus túnicas actuando lo más natural posible. —Mejor iré a ver cómo siguen Wen Qing y los demás. A-Yuan debe estar esperándome. Lan Zhan, ¿podrías verla en mi lugar? vuelvo enseguida.

Sin nada más que decir, salió de la habitación médica dejando solamente a Mu Lan y Lan Wangji dentro del lugar; la inmortal, internamente se estaba regocijando porque su plan surtió efecto. Solo necesitaba un momento a solas con el Jade para poner en marcha su segundo plan.

Lan Wangji yacía congelado. No sabía si retirarse o quedarse acompañando a la menor, ya que Wei Ying se había ido. Además, su amado le pidió cuidar de la niña, y aunque quisiera no puede romper su confianza.

Estaba de manos atadas.

Mu Lan estudió al mayor de pies a cabeza, para incomodidad del mismo Lan Wangji sabiendo la manera perversa que tenía la adolescente de pensar. En sus años de vida, él jamás había sido agraviado de esa manera.

—Ok, puedo ver perfectamente lo que el Hermano Xian vio en ti, HanGuang-Jun —inició repentinamente la niña, golpeteando sus dedos sobre la mesita—...también tus sentimientos hacia él.

Lan Wangji se encontró conteniendo la respiración.

Ella continuó. —Hey, aunque no lo creas, no tengo ningún interés amoroso con tu Wei Ying —agitó sus manos— ...él es solo para ti. De hecho, hasta te devuelve tus sentimientos; es solo que, está en conflicto interno consigo mismo sobre ser lo suficientemente bueno para ti.

Tᴏᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴜɴ sɪᴍᴘʟᴇ ᴅᴇsᴇᴏ (Transmigración) [EN PAUSA]Where stories live. Discover now