Capítulo XX

2K 275 44
                                    

Mientras Lan Wangji y Wang Yibo continuaban dándose miradas de amor sin necesidad de recurrir a las palabras para tener una charla; Wei MuLan por su parte estaba planeando la boda que sería recordada por generaciones. ¿Cómo no? ¡Si se trata de la pareja masculina más famosa de los últimos tiempos! Si fuese posible, Wei MuLan transmitiría aquel día a todo el fandom que moriría por presenciar tal momento mágico.

Se pregunta si su Shifu tendrá una manera de hacerlo. Después de todo, tanto él como su esposo prácticamente tienen el destino de todo el mundo en sus manos e incluso, piensa ella, todo el universo.

No puede esperar a que este par se casen, y está segura de que será muy pronto en vista de que Lan Wangji se comió la torta antes de tiempo y además, ya hay un bollo dentro del horno si es que no son dos.

Cuando las miradas afectivas llegando a ser cursis de la pareja se tornaron un poco intensas, Wei MuLan, incluso si quisiera presenciar acción de la buena, tuvo que hacerles recordar que contaban con la presencia de alguien más dentro de la habitación. Ella aclaró su garganta logrando romper el hilo de fuego que los unía a los dos, provocando que el rubor los atacara aunque de distinta manera.

Mientras que Wang Yibo tenía las mejillas ligeramente sonrojadas, con Lan Wangji era distinto puesto a que sus orejas fueron las únicas que delataron su vergüenza.

—Uhm, entonces —el nigromante intentó aligerar el ambiente vergonzosos— ChiFeng-Zun ofreció sus servicios médicos ya que el Clan Nie tenían mayor conocimiento sobre este tipo de maldición.

Lan Wangji fue el único que notó la sorpresa en los ojos de la niña, puesto a que fue muy buena ocultándolo de su Wei Ying. El Segundo Jade almacenó esa información en su memoria para luego discutirla con su amado. Ya tenía las suficientes sospechas de que algo ocurría con Nie Mingjue, y el comportamiento de Wei MuLan únicamente avivaba la llama de curiosidad.

—¿De verdad? —ella preguntó luciendo natural— Eso significa que encontraron una cura ¿no?

Aquí, la pareja intercambió miradas, antes de que Wang Yibo le respondiera con una expresión de preocupación. —El Doctor Nie halló signos de que aún hay Yáng de fěng en tu cuerpo.

Wei MuLan contuvo la respiración unos momentos. Su cuerpo yacía congelado para desconcierto de los dos. Lan Wangji frunció el ceño. —¿Wei MuLan?

Y el pánico se desató cuando las lágrimas volvieron a caer por las mejillas de Wei MuLan, teniendo que Wang Yibo prácticamente jalar a la niña hacia su regazos para abrazarla con todas las fuerzas posibles. —Shh, está bien, nada malo pasará...

—No dejes Hermano... —Wei MuLan gimió entre sollozos.

—¿No deje qué, Lanlan?

—No dejes que los hombres me toquen —ella suplicó, deteniendo el corazón de los mayores por unos segundos— no quiero....no puedo....¡No otra vez!

Wang Yibo inhaló con brusquedad. La rabia nuevamente reaccionó en su ser, comenzando a arder prácticamente en su sangre. Pese a sus ganas de dejar ir su autocontrol, se obligó a mantener la compostura. Lo que menos quería era angustiar aún más a su hermana adoptiva.

Sirvió también que Lan Wangji estaba allí dándole consuelo. Tenía una de sus manos en su hombro con la cual le dio un ligero apretón haciéndole saber que contaba con él para lo que fuera, pero que no era el momento de dejarse dominar por las emociones negativas.

Aunque no quería alterar más a la niña, también necesitaba respuestas para saber cómo proceder y darle la ayuda que necesita. Por lo tanto, tomando un par de respiraciones, Wang Yibo preguntó con una dulce voz, de manera que se oyera lo más cálido posible y darle seguridad a Wei MuLan. —¿Qué quieres decir con otra vez, Xiaoran?

Tᴏᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴜɴ sɪᴍᴘʟᴇ ᴅᴇsᴇᴏ (Transmigración) [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora