Tᴏᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴜɴ sɪᴍᴘʟᴇ ᴅᴇsᴇᴏ (Transmigración) [EN PAUSA]

Capítulo XVI

Después de buscar por un buen rato al travieso Segundo Jade, Wang Yibo dio con su paradero encontrando al estimado HanGuang-Jun desquitando su ira contra un árbol. Mentalmente se preguntaba qué culpa tenía ese pobre ser viviente. ¡Él tan sólo estaba haciendo su trabajo como dictamina la naturaleza!

Ay, Lan Zhan; si vas a estar como todo hombre que se arrepiente luego de jalarse el ganso. ¿Por qué te comportas tan desvergonzadamente? Pensó divertido, acercándose al mayor dando pequeños saltitos.

Wang Yibo se detuvo a un par de metros de distancias del hombre sin hacer notar su presencia hasta que al menos se calmara. Lo que menos quería, era alterarlo más de la cuenta, además, tampoco deseaba recibir la mirada aniquiladora de Lan Wangji por estar molesto consigo mismo; después de todo, Wang Yibo no hizo nada para recibir ese tipo de atención.

No es culpa suya ser tan irresistible, a tal grado de haber hecho que el perfectamente perfecto discípulo ejemplar de GusuLan perdiera la compostura llegando a cometer tal transgresión. ¡Un inadecuado comportamiento para nada virtuoso! (H-U-M-I-L-D-A-D)

Tiempo después Bichen cortaba un último árbol, cuando Lan Wangji se sintió más calmado. Al parecer sí que fue suficiente fuga de ira, porque realmente el Jade lucía tan fresco como una lechuga.

Sólo entonces Wang Yibo llamó alegremente, como si estuviese recién llegando a la escena, y no hubiese estado mirando al hombre que lo puso a morder almohadas con sólo mirarlo todo este tiempo, queriéndole hacer de todo con él. —Lan Zhaan~

Por una micra de segundos, fue capaz de captar cómo el cuerpo de Lan Wangji se tensó. Este se volvió en dirección a Wang Yibo, manteniendo a duras penas la usual serenidad de su expresión. —Wei Ying.

—¡Lan Zhan! ¡No tienes ni la menor idea de lo increíble que me acaba de suceder! —Wang Yibo envió al demonio su masculinidad, dando giros en su lugar como una bailarina de ballet para desconcierto de Lan Wangji.

Viendo que el más Joven estaba actuado fuera de lo habitual, Lan Wangji logró recuperar su impasibilidad frecuente. —¿Qué pasó?

Wang Yibo se detuvo frente a él, sonriendo radiantemente. —Una desvergonzada persona, tuvo la osadía de atacarme cuando no estaba alerta, Lan Zhan. ¡Ese desvergonzado ser, ha robado mi primer beso! ¡Aquel que he estado guardando durante veinte años, para mi alma gemela! —exclamó dramáticamente, deleitándose con la expresión del otro Joven.

Era evidente para Wang Yibo, tales emociones como : orgullo, excitación, felicidad, espanto, arrepentimiento, nuevamente orgullo, entre muchos más. Wang Yibo estaba a punto de echarse a reír por lo desvergonzado que podía llegar a ser ese muchacho hecho de Jade.

Sin querer sonar engreído, Lan Wangji hizo todo lo posible para lucir indiferente cuando le preguntó. —¿Primer beso? ¿Quién?

Wang Yibo iba a responder, sin embargo, fue interrumpido por los chillidos agudos bastante familiares para él que se acercaban a toda prisa. El joven reconociéndolo como los gritos de Wei MuLan, inmediatamente se preocupó.

—Es MuLan... —fue lo único que alcanzó a decir, antes de que se escuchara un grito todavía más fuerte.

—¡Ayúdenme, por favor que alguien me ayude!

Wang Yibo se volvió hacia Lan Wangji. —¡Lan Zhan!

El Jade no necesitó de más para comprender. Asintiendo, desenvainó a Bichen antes de tomar a Wang Yibo de la cintura y subirse junto con él a la espada dando marcha en la dirección que provenían los gritos de la adolescente.

Tan pronto llegaron a su destino, ambos sintieron sus cuerpos congelarse ante la escena que los recibió. Una Wei MuLan hecha ovillo contra el tronco de un árbol, mirando con sus ojos desenfocado a una monstruosa criatura que caminaba hacia ella con la clara intención de atacarla. Era un ente sin forma, una imagen distorsionada.