18. En el hospital: Un Sí no tan Sí

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[ADVERTENCIA]
Antes de que sigas leyendo, debo aclarar que se hará mención a un caso de abuso. Si el tema te incomoda y eres susceptible, eres libre de no continuar la lectura.

"Mientras más hondo cave el dolor en tu corazón, más alegría podrás contener",
El Profeta, Gibrán Khalil Gibrán.

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-BingQiu Is love-
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[Por Luò Bīnghé]
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Ver en televisión una repetición de su propio accidente era una de esas cosas atípicas que la gente normal guardaría en su memoria para contárselas a sus nietos. Luò Bīnghé vio cómo su flamante coche blanco tuvo un roce con el muro de contención, vio el impacto contra el automóvil de Liu Qingge y finalmente fue testigo de cómo dio vueltas en el aire hasta caer con el techo al piso.

Sin embargo, la sensación no era diferente a ver una película de acción con explosiones, donde ni te inquietabas porque sabías que al fin y al cabo eran simples actuaciones. Luò Bīnghé era una extrapolación de eso, pues estaba vivo, ¿no?

Tuvo la suficiente frialdad para decir: "ni siquiera me acuerdo", chasquear la lengua entre aburrido y fastidiado, y después bajar el volumen de la televisión porque estaban hablando de su accidente y ese tema era un fastidio.

-... Así que cerraste los ojos y cuando despertaste estabas aquí -dijo Huā Chéng con cautela.

Habían pasado dos días de la operación y ya habían trasladado a Luò Bīnghé a una habitación propia. El paciente estaba sentado con su espalda apoyándose en la cama ya que esta era reclinable y estaba en un ángulo de cuarenta y cinco grados, mientras Wèi Yīng ocupaba un sillón junto a la cama y Huā Chéng estaba sentado al lado del modelo con las piernas y brazos cruzados.

Había un vitral ocupando la pared que daba hacia el pasillo por donde no pasaban más que enfermeras o alguno que otro médico. También había una televisión prendida en la esquina, transmitiendo el Noticiero Nacional.

Afortunadamente la vida de Luò Bīnghé no corría peligro; tenía fracturado el peroné izquierdo, un brazo roto y muchas cicatrices porque le habían extraído fragmentos de metal del pecho y por alguna extraña razón ninguno había tocado órganos vitales. Tenía varios moretones, vendas en el brazo y la pierna, y seguramente muchas molestias... ¡Pero de lo único de lo que se quejaba era de la comida!

Le habían traído sopa de verduras que a duras penas comía, ya que cuando no la encontraba bastante insípida, el sabor de los medicamentos volvía a atacar su paladar y lo asqueaba.

-Más bien... sentí la adrenalina de la carrera, estaba muy concentrado en todo y cerré los ojos en un parpadeo... - aclaró Bīnghé un poco perdido, mirando su comida con desgana-. Y ya estaba aquí. El señor Mèng y Shā Huālíng me explicaron lo que pasó.

Dicho esto, probó sus verduras e hizo una mueca de asco, por eso Huā Chéng sonrió con malicia.

-La policía ya está investigando el accidente -informó el dueño de los casinos-. Todo indica que eres estúpido y no sabes manejar.

Él estaba pendiente del asunto porque el accidente había tenido lugar en Ciudad Fantasma y había dejado que la policía investigara cada detalle de la carrera. Lo de «eres estúpido y no sabes manejar» era una broma, ya que aún no llegaba el dictamen del peritaje en el coche y tanto Hua Cheng como Luò Bīnghé tenían bastantes sospechas al respecto.

El modelo Yùhéng era único, tenía nuevos sistemas que lo encaminaron a los sueños del futuro de Luò Tiānláng: tener un coche híbrido con Inteligencia Artificial al alcance de las masas. Detrás de él había casi veinte años de investigación y toda una fortuna invertida por Eternal Abyss, el gobierno y otras empresas privadas. Se habían hecho muchas pruebas de seguridad que habían sido exitosas y se había programado su debut en público en el E-Rally Nacional.

Because I'm stupidWhere stories live. Discover now