Extra: La magia del tiempo

3.1K 397 969
                                    


Más de quince años atrás...

Luò Tiānláng era una de las personas  más poderosas del país y también una de las más peculiares.

Mientras Jīn Guāngshàn y Nángōng Liǔ se rodeaban de la crema y nata del país,
Wēn Ruòhán se encargaba de que su imagen apareciera impoluta y dominante en todos los medios, y el líder del palacio Huan Hua buscaba extender su influencia en el Congreso Nacional; Luò Tiānláng estaba en un cine público, rodeado de niños y disfrazado como Albus Dumbledore.

Era un cine amplio que el día de hoy estaba repleto de niños emocionados que iban con sus papás a ver una de las películas infantiles más famosas del momento: Harry Potter y la piedra filosofal.

Esa película estaba basada en un libro, el cual era parte de una reciente serie literaria que Luò Tiānláng había descubierto por coincidencia hacía poco tiempo, cuando buscaba qué leer por las noches para su hijo (que no fueran cuentos cortos).

La idea de que existiera un juego sobre escobas voladoras persiguiendo una pequeña pelota dorada que valía ciento cincuenta puntos había vuelto loco al niño y cuando supo que se estrenaría la primera película, no paró hasta que le prometieron que lo llevarían a verla dis-fra-za-dos.

En el área de comida y acaparando el único sillón decente del lugar, Luò Tiānláng de treinta y cinco años estaba usando una túnica azul, un gorrito mágico a juego y una barba falsa que se caía a cada rato. ¿Su excusa? Bien: ¡El pequeño Bīnghé había insistido tanto...!

Hablando del pequeño insistidor, A-Luò también estaba disfrazado: era una gran y pachoncita snitch dorada, con sus manos simulando ser alas y con un trajecito especial con relleno de algodón; si el niño se sentaba y doblaba sus extremidades, podía imitar perfectamente a una pelota. A pesar de que no se podía mover bien, el pequeño era feliz en su disfraz, montando un caballito mecánico traga monedas, mientras gritaba:

-¡Más rápido, escoba, más rápido!

En la imaginación de A-Luò, un caballo mecánico era idéntico a una escoba mágica de los libros de Harry Potter.

Tener un padre con un espíritu soñador que era adicto a leer lo que cayera en sus manos y muy propenso a mimar a su único hijo, era suficiente para que dicho hijo de seis años cumpliera un capricho como ver la película de uno de los libros que su padre le había leído, no importaba si era en un cine público y sin importar que hubiera una fila de niños esperando también subirse al caballito.

Zhuzhi L de quince años, que sólo había accedido a disfrazarse con una túnica escolar de Slytherin (de Hogwarts), miró a su tío con un poco de desesperación.  

-Señor, la reunión con el Director Financiero y el Coordinador de la División de Tecnología de Eternal Abyss... -se trabó, ya que ya no encontraba un argumento más para convencer a su tío de que asistiera a tal reunión en lugar de estar en el cine.

El Albus Dumbledore falso agitó una mano para hacerlo callar.

-Estoy seguro de que ellos dos se la pueden arreglar bastante bien solos -dijo despreocupado y hasta un poco aburrido-. Pasarán bastante rato quejándose de que soy una persona extraña, entonces el Director dirá que mi idea de separar a la División de Tecnología de Eternal Abyss es una locura, pero el buen (y diplomático) Coordinador lo discutirá, presentará un argumento bastante razonable y lo convencerá. En una semana presentaremos el proyecto ante la junta directiva, nadie se opondrá y en unos meses estaremos abriendo las nuevas oficinas de Zhèngyáng... una nueva empresa para el desarrollo tecnológico.

Zhuzhi L no estaba convencido de esa idea. Para nada. El señor Luò Tiānláng era el dueño y responsable de Eternal Abyss, sí; él tomaba las decisiones más importantes que de traducían en más ganancias para los accionistas, también; sin embargo, por eso mismo tenía que afrontar la responsabilidad de cada decisión y Zhuzhi L estaba seguro de que no todos en Eternal Abyss aprobaban la separación de la División de Tecnología para que se convirtiera en Zhèngyáng porque representaba pérdidas a corto plazo.

Because I'm stupidWhere stories live. Discover now