21. Hóng-er y Xiānlè I

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Oyeeee... Ve a dormir/terminar tu tarea/Tomar tu clase, es una orden de nuestro poderosísimo Lán WàngJī. El fanfic no se va a ir de aquí.

Shěn QīngQiū dice que habrá chancla para los que desobedezcan 👀. Yo lo subí ahora porque si no actualizo hoy, mañana se me olvida xD

ADVERTENCIA: Abordaje del tema Privación de la libertad y maltrato. No recomendable para menores de edad.

24. Hóng-er y Xiānlè (1)

Hubo una vez un Hombre en Wūyōng que creó un imperio, empezando desde cero por no tener nada de valor: ni riqueza ni familia.

Tradicionalmente esos eran los dos pilares de los legados más poderosos. Con la riqueza venía el poder y con una familia que prolongara su nombre, el poder se extendería más allá de su generación. Así que aquel Hombre hizo todo lo posible para suplir esas dos carencias.

Para obtener riquezas, entre los años 60s y 70s se convirtió en aliado de unas personas que conoció en Wūyōng. Aquellos a los que conoció eran descendientes del último Emperador y con su familia vivían encerrados en la ciudadela amurallada de Wūyōng, mientras que el Hombre era uno de los pocos pueblerinos que vivían cerca de la ciudadela y que tenía permitido entrar para abastecerlos con alimentos; ahí conoció a los miembros más jóvenes de la antigua familia Imperial y los ayudó a comunicarse en secreto con el exterior a pesar del riesgo, recibiendo a cambio joyas que él usó para establecer un club ilegal sobre un negocio clandestino en aquel entonces: las apuestas.

El Hombre era pragmático y sin escrúpulos, así que le llevó unas décadas hacer fortuna y obtener poder. Además, en los años 80s la familia Imperial salió de reclusión, se cambiaron de nombres y no tardaron en recuperar sus riquezas y su poder, e indirectamente ayudaron al Hombre; por si fuera poco, en los años 90s los juegos de azar y las apuestas dejaron de ser ilegales y ese hombre pudo convertirse en una figura conocida. El dinero llovió como nada en el mundo.

Suplir la carencia de una familia fue algo más complicado. Él tuvo amantes e hijos, pero ninguno fue útil y las únicas dos hijas a las que reconoció como suyas terminaron haciendo tonterías.

Su Primera amante fue una joven que lo siguió desde Wūyōng y a quien no le importó convertirse en su sirvienta y luego en su amante. Con ella tuvo a su primogénita.

Su segunda amante fue la hija mayor de la familia principal del Palacio Huan Hua; la conoció, por vanidad y ego la sedujo, luego se fugaron a principios de los años 70s porque eran jóvenes y pasionales. Tuvieron una hija que el Hombre reconoció como suya con un poco de desdén porque el entonces patriarca de la familia del Palacio Huan Hua se deslindó de la muchacha, por lo que ni ella ni su hija ya no fueron útiles para nadie. Aún así, esta fue su hija Menor.

Para entretenimiento del Hombre, la Segunda amante (que venía de una familia rica y orgullosa) y su hija Menor tuvieron que convivir en la misma casa con la Primera amante (que era una sirvienta) y su hija Mayor. Ambas compitiendo por su atención, ambas queriendo migajas de un amor que no existía.

Las dos hijas crecieron entre la riqueza, el anonimato y el peligro; ocultas del ojo público, mudándose constantemente e interactuando muy poco con otras personas.

La hija Mayor se volvió reservada, sensible y con muchos deseos de apartarse de los negocios familiares; era secretamente muy querida por su padre.
La hija Menor creció bajo la influencia de su padre, se volvió una mujer hermosa, altanera y astuta, tanto que no tardó en ayudarlo en su negocios; ella era el orgullo de su padre.

A principios de los años noventa la historia familiar cambió. Como el Congreso del país eliminó la prohibición sobre las apuestas y los juego de azar, sin castigo retroactivo, Ghost City salió a la luz legalmente y prosperó rápidamente.
Entonces la hija Menor hizo negocios por su propia cuenta, así que se dedicó a hacer fraudes inmobiliarios, pero un día uno fue descubierto y fue a parar a la cárcel. Su padre estaba tan furioso con su descuido que no se tocó el corazón y dejó que la justicia la castigara, luego recluyó a la madre en la casa de seguridad conocida como El Horno, donde una enfermedad terminal acabó con ella.

Because I'm stupidWhere stories live. Discover now