CAPÍTULO 8

35 10 30
                                    

Bailar jamás había sido tan placentero para mí hasta el día de hoy, tener mi cuerpo pegado al suyo, tener sus manos sobre mis hombros y mis manos sobre su cintura se siente placentero, bailámos tan coordinados como si hubiésemos ensayado varias ve...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Bailar jamás había sido tan placentero para mí hasta el día de hoy, tener mi cuerpo pegado al suyo, tener sus manos sobre mis hombros y mis manos sobre su cintura se siente placentero, bailámos tan coordinados como si hubiésemos ensayado varias veces una coreografía.

La mejor parte de la canción no era su melodía, sino su letra, siento que me describe, en realidad que describe lo que siento por ella, y cómo me siento cuando estoy con ella.

Bien... Tu amor me hace bien...
Tu amor, me desarma...
¡Ay! tu amor me controla,
Me endulza, me encanta...

Pero bien... Tu amor me hace bien...
Tu amor me desarma...
¡Ay! tu amor me controla
Me vence, me amarra...


El sentimiento de paz que me transmite con solo una sonrisa y la alegría que siento cuando me mira no tiene comparación, además nunca pensé sentirme tan bien por perder el control sobre mí mismo, porque sólo ella lo ha podido conseguir.

El fuego que inicia en mi interior al tenerla cerca, los pensamientos tiernos son tantos que me dan ganas de cuidarla, protegerla y tratarla con tal delicadeza para no romperla, pero a la vez se crean unos tan perversos que quiero poseerla sin contemplación y hacerla solo mía, siempre mía.

El vaivén de sus caderas, su sonrisa y la soltura con la que se mueve junto a mí me hace sentir en una burbuja dónde solo estamos ella y yo, me pego más a ella, poso mi rostro a un lado de su cabeza y mi respiración golpea su cuello haciéndola estremecer, aumentando la fuerza con la que sujeta mis hombros.

Levanto un poco mi cabeza y su mirada es tan intensa que no logro descifrarla, observo sus labios entreabiertos y vuelvo a mirar sus ojos, siento el deseo y un impulso incontrolable por besarla pero no sé si sea buena idea apresurarme, no sé qué siente ella por mí, no sé si me rechazará y me dejará de hablar por atreverme a tanto.

Después de un par de segundos debatiéndome acerco mi rostro al suyo al punto en que nuestras narices se rozan, su respiración está un poco agitada pero no sé si es por el calor del momento o por el tiempo que llevamos bailando, de repente la canción se acaba y Angelina se separa de mí con tal brusquedad que parece que mi tacto le quemara.

Tiene el rostro contrariado pero no dice nada, solo se aleja a la mesa junto a los demás y me deja en medio de la pista solo como he estado desde hace muchos años, tal vez forcé mucho las cosas y me apresuré, ella en ningún momento me ha dado indicios de que siente algo por mí o quiere algo conmigo, tal vez me estoy equivocando con ella.

Recojo mi dignidad y me acerco a la mesa también pero esta vez es mi amargura la que me domina, jamás me había sentido así por el rechazo de una mujer, es que nunca había sido rechazado, de echo nunca había tenido la necesidad de buscar a una mujer, no solo porque me acecharan y fuesen ellas las que siempre me buscaran, sino porque el amor y la compañía no estaban en mis planes, he tenido sexo pero jamás la necesidad de compartir espacios de mi vida con alguien, tal como quiero con Angelina.

-Jefe que bien se mueve usted, yo que pensé que no sabía bailar.- Habla Adriana haciéndome salir de mis cavilaciones.

-Sí, al parecer soy una caja de sorpresas.

-Sí que lo es, ¿Gusta bailar esta canción conmigo?- Por supuesto que no... Con la que quería bailar de cierta forma me rechazó, ya se arruinó la fiesta para mí.

-Tal vez más tarde Adriana, voy a tomar un poco ahora.

-Está bien.- Adriana se vuelve a sentar al otro extremo de la mesa junto a Angelina y comienzan a murmurar entre las mujeres que allí se encuentran.

-Se ven realmente bien juntos, pensé que bailarían toda la noche.

-Déjame David, no estoy de humor.

-¿Y ahora qué pasó? Hace un momento estabas que saltabas de la dicha, ¿Te dijo algo mientras bailaban?

-No, no dijo nada.

-¿Entonces? Habla de una vez...

-Intenté besarla y se resistió, mejor dicho se alejó como si le afectara estar cerca de mí.

-¿Qué esperabas Jason? ¿Qué te abriera las piernas en cuanto te le acercaras? Tú mismo dijiste que iba a ser difícil por la muerte de su marido.

-No esperaba menos de ella, pero no te niego que me afectó mucho su reacción, en el fondo tenía la esperanza de ser correspondido.

-Ya ves que no, si la quieres, por primera vez en tu vida te va a tocar luchar por su amor.

-Ese es el problema, no sé si la quiero, no sé qué siento.

-Oiga je.fe.si.to.- Me veo interrumpido por un Manuel ebrio y fuera de sí. -¿Cree que por tener dinero ya es mejor que yo? ¿Cree que todas la mujeres tienen que caer rendidas a sus pies? No sabe cuán equivocado está.

-No sé de qué hablas y tampoco me interesa Manuel.

-Estoy cansado de los tipos como usted con ínfulas de superioridad, en realidad no es nada y al igual que yo va a ser comido por los gusanos después de morir, ¿Por qué no arreglamos esto de una vez por todas como hombres?

-Que seas un tipo irracional no significa que yo también deba serlo, irte a los golpes no te hace más hombre, solo un salvaje sin educación.

-Ahora me va a dar clases ¿De qué? ¿De etiqueta? ¿De comportamiento? Me vale cinco todo eso.

-Manuel estás ebrio, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir después.

-¿Arrepentirme? No... Se equivoca, creo que jamás había estado tan seguro de hacer algo en mi vida.

-¿Qué piensas hacer entonces?

-Dejaré tu linda carita irreconocible por la paliza que te voy a dar.

-¿Crees que te tengo miedo Manuel? Adelante... Dame todo lo que tienes.

-Lo haré con gusto...

Volviendo a AmarWhere stories live. Discover now