CAPÍTULO 18

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Narra Jason

-No te vayas Angelina, quédate aquí conmigo, por hoy, no quiero estar solo.

Esas fueron las palabras que interrumpieron el silencio, una parte de mí pedía a gritos que dijera que sí, mientras que mi parte racional se arrepentía por haberlo dicho en voz alta.

-Lo siento Jason, si quieres me puedo quedar otro rato pero a dormir no.

-Está bien, entonces pidamos algo para comer, ¿Qué te gustaría?

-Mmm... ¿Cualquier cosa?

-Sí, lo que quieras, tú mandas.

-Me encantaría una pechuga gratinada con papas fritas, ensalada y una coca cola muy muy fría.

-Tus deseos son órdenes.
¿Eres consciente de lo adorable que te ves así desnuda en mi cama?

-No digas esas cosas, me da vergüenza, ¿Dónde está mi ropa?

Angelina intentó levantarse pero me apresuré y la abracé impidiendo que se apartara de mí, se siente tan jodidamente bien estar con ella, me siento tranquilo, en paz, me siento feliz, hace mucho tiempo no me sentía así y lo mejor es que en la cama es fantástica, ahora estoy más convencido que nunca de que ella es la indicada para mí.

🔶🔸🔶🔸🔶

Narra Angelina

-Buenos días Paula, madrugaste hoy.

-Discutí con el estúpido de mi marido, no quería estar en la casa para no verlo

-¿Así de grave estuvo?

-Más o menos, pero no quiero hablar de eso.

-Buenos días.- Interrumpió una hermosa chica un poco más alta que yo, cabello castaño con iluminaciones naturales, delgada pero con buenos atributos, era muy jóven y atractiva.

-Buenos dí... ¡Ana...! Qué alegría verte, ¿Qué te trae por aquí?- Respondió Paula con mucha emoción, yo me encontraba a un lado viendo la escena.

-Vine a solucionar un inconveniente que tengo en los documentos para la liquidación y a hablar con Jason.- ¿Jason? ¿Por qué esta mujer tiene tanta confianza como para llamarlo por su nombre? Tal vez sean familia o amigos, esto está muy extraño.

-La señora Jackeline no ha llegado y hasta dónde sé el señor Lombardi tampoco, si quieres sientate y espera.

-Eso haré, gracias.

-¿Quién es ella?- Pregunté muy intrigada en cuanto la mujer se alejó del mostrador de la recepción.

-Ella es Ana, es una auxiliar de enfermería, trabajaba aquí en el pabellón San Miguel, pero tuvo un inconveniente con el jefe y renunció.

-Hasta dónde sé las jefes de enfermería son mujeres, ¿Con cuál jefe tuvo problemas?- Sentía mi corazón incrementar el ritmo, un mal presentimiento estaba apareciendo.

-Con Jason Lombardi, al perecer tuvieron una pequeña aventura, ella dice que tuvieron sexo y luego él habiendo conseguido su cometido no quiso saber más de ella, la hizo a un lado y finalmente Ana renunció.

-Y... ¿Qué dijo el... Jefe? Respecto a eso.

-Nada, él no tiene porqué darle explicaciones a nadie, así que no lo hizo, solo sabemos lo que ella dice y optamos por creerle, si fuese mentira creo que el jefe hubiese intervenido para desmentir las acusaciones, supongo, no sé, vamos a trabajar, necesito ocupar mi mente.

-Espera, ¿Solo fue con ella o hay más rumores?

-Bueno una doctora salió de aquí bajo las mismas circunstancias que Ana hace dos meses, pero no dijo nada al respecto, así que no sabemos, tal vez estuvo con el jefe pero por vergüenza lo calló.

-No entiendo porqué se van, porqué renuncian.

-Lo que yo no entiendo es porqué tanto interés en ese tema, el jefe es libre de estar con quién quiera al igual que ellas, tal vez es tan machista que las usa y las deshecha y les pide que se vayan, no sé.

-Simple curiosidad, eso es todo.

-Acaso... ¿Sucedió algo entre ustedes?

-No, no ha sucedido nada.

-No ha sucedido, es decir que... ¿Va a suceder algo?

-No creo, voy al baño, ya regreso.

Sentí como si una daga atravesara mi corazón, me entregué al deseo y al placer que Jason me podía brindar y terminé siendo una más en su lista, probablemente jugó conmigo tal y como lo hizo con ellas,  una lágrima traicionera se desliza por mi mejilla mientras me lamento por haber sido tan estúpida.

Es evidente que un hombre como él, joven, con dinero y belleza no se fijaría en una mujer como yo, trato de apartar cualquier pensamiento doloroso, a fin de cuentas Jason no me obligó a nada, yo sola fui a su apartamento y por voluntad propia estuve con él y lo disfruté, debo afrontar las consecuencias de mis actos y si la consecuencia es el dolor y el haber sido el juguete de alguien lo asumiré y en lo posible lo convertiré en mi juguete también, si Jason quiere jugar conmigo yo también jugaré con él, pero no le daré el gusto de verme sufrir, ni a él ni a nadie.

Sequé mis lágrimas y retoqué un poco mi maquillaje, coloqué la mejor expresión que pude en mi rostro y salí con el corazón hecho añicos a tratar de continuar con mi vida, maldigo el momento en que Jason se cruzó en mi camino.

-Te estabas demorando.

-Me quedé hablando en el camino discúlpame.

-Tranquila, empecemos que lo que hay es trabajo.

-¿Y la chica?

-Subió a hablar con la señora Jackeline, no sé si alcance a hablar con el jefe, no ha llegado aún.

Cada minuto que pasaba se hacía eterno, Jason aún no llegaba a la clínica, desde anoche cuando me dejó en mi casa no sé de él, ni una llamada, ni un mensaje, cada vez me convenzo más de que su hobbie es jugar con sus empleadas.

De repente mi celular suena y siento un pinchazo en mi estómago y la esperanza, aunque ligera, vuelve a mí, saco mi celular del bolso pero cuando lo veo se van a la basura, pero mi sonrisa no, Rodrigo siempre sabe cómo alegrar mi día.

Mensaje de Rodrigo

Mi reina, mi diosa, no dejo de pensarte, no te imaginas cuánto te extraño, anhelo tus labios y sentir así sea un poco de tu piel, necesito verte, paso por ti al finalizar tu jornada laboral, por favor no te vayas a negar.

Posdata: si es un sí responde este mensaje y si es un sí también, porque sí es la única opción.


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