CAPÍTULO 49

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Narra Angelina

Casi no pude dormir, esa sensación de que todo se iba por la borda me mantenía intranquila, no podía creer como todo cambió en un momento y la felicidad se me estaba escapando de las manos de nuevo.

El día había iniciado y aún no tenía noticias de Jason, anoche fue a mi casa a reclamarme por algo que no hice y me prometió resolver todo este embrollo pero aún no tengo noticias de él, no contesta mis llamadas, no responde a mis mensajes, ni siquiera los lee.

Es casi medio día y Jason ni siquiera se ha aparecido por la clínica, ya me está preocupando, comienzo a pensar que algo le sucedió.

-Angelina.- La jefe Karina se apareció en la recepción, su voz no tenía ese tono que usualmente utilizaba con nosotras, parece como si algo hubiese sucedido. -Necesito que vengas a mi oficina, debemos hablar.- Y sí, algo sucedía.

-¿Sucede algo?

-Será mejor que hablemos en privado.

-¿Qué hiciste Angelina?- Preguntó Paula tanto o más desconcertada que yo.

-Pronto lo sabré, ya regreso.- Me despedí de Paula.

Con nerviosismo me dirigí hacia la oficina de la jefe Karina, mi sentido extra de bruja me decía que esa "invitación" a hablar tenía que ver con lo sucedido con Jason el día anterior.

Al llegar me detuve un momento frente a la puerta, necesitaba respirar profundo y tranquilizarme, estaba al borde de las lágrimas y eso no me era de mucha ayuda, cuando estuve lista dí un par de toques a la puerta y al escuchar la confirmación entré.

-Toma asiento Angelina, seré breve.- Hice lo que me indicó y me senté frente a ella, mi corazón palpitaba acelerado, no sabía qué esperar. -Esta es tu carta de renuncia, necesito que la firmes, tomes tus cosas y te vayas.

-¿Qué? ¿Carta de renuncia? ¿De qué me está hablando?

-Lo siento mucho, eres una buena trabajadora, jamás pensaría en prescindir de tu servicio, pero el señor Lombardi lo ha pedido, es él quién ha tomado la decisión.

-Si Jason quiere que me vaya, ¿Por qué no me lo dice directamente?

-No lo sé Angelina, no sé cuáles son sus razones, solo me pidió que lo hiciera.

-No pienso firmar nada, si él quiere que me vaya entonces que venga y me lo diga en la cara.

Me levanté abruptamente de la silla haciéndola caer al suelo, el sonido que emitió al caer fue bastante fuerte, no tenía duda de que en las otras oficinas escucharon, pero no me importaba.

-¿Qué piensas hacer?

-Lo voy a confrontar, que me diga porqué me hace todo esto.- A esa altura de la conversación yo ya estaba llorando, el dolor, la rabia, la decepción, la tristeza, todo eso junto me consumía por completo.

-¿A dónde vas a ir? Él no está en su oficina, ni siquiera está en la clínica...- De repente el celular de Karina comenzó a sonar, ella lo miró, suspiró y luego dirigió su mirada hacia mí. -Es el señor Lombardi, contestaré y necesito que guardes silencio por favor.

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