Volviendo a Amar

CAPÍTULO 53

Tiempo después

Los segundos se volvieron minutos, los minutos horas, las horas días, los días semanas, las semanas meses y los meses se me volvieron años, años en los que su indiferencia me mataba poco a poco.

Tres años en los que continué viéndolo llegar a mi casa y compartir con mi hijo, pero el dolor, el resentimiento y el orgullo no le permitían ver más allá, ver cómo me destruía y al mismo tiempo le devolvía el alma a mi cuerpo, pero a pesar de todo lo que estaba sintiendo, yo prefería mi sufrimiento a cambio de la felicidad de mi hijo.

Jason cumplió cada promesa que le hizo a Ander y estuvo allí para él en sus cumpleaños, navidad, el día del niño, el día del hombre, amor y amistad y por más loco que parezca compartían juntos el día del padre, lo visitaba varias veces al mes y salían a pasear los dos solos cada vez que Jason tenía tiempo.

Cuando no tenían la oportunidad para compartir ya sea por las responsabilidades de Jason o de Ander, estos se hacían videollamadas, Ander se había vuelto más unido a Jason que a mí, supongo que el ser hombres les daba cosas en común de las cuales hablar y disfrutar juntos.

En una ocasión cuando Jason olvidó nuestros inconvenientes me habló y me dijo que Ander era su mejor terapia y medicina, que lo hacía olvidar cada trauma y tormento y que me agradecía por permitirle estar cerca de él.

Entre él y yo las cosas se reducían a menos que nada, a veces de un cordial "buenas tardes" o "buenas noches" no pasaba y en ocasiones ni siquiera me miraba, yo dejé de insistir y de buscarlo aunque por dentro me muriera de ganas por besarlo y sentir su calor.

El amor que sentía por él seguía intacto a pesar de todo, nadie me parecía tan bueno como para reemplazar a Jason en mi vida y menos para involucrarlo en la vida de Ander, tenía la total certeza de que mi hijo no aceptaría a nadie más.

Mis estudios marchaban de maravilla, no era la mejor de la clase pero sí me destacaba bastante, estaba en la jornada nocturna, me esforzaba muchísimo y a veces con tantas responsabilidades no me daba tiempo de dormir; ser hija, madre, estudiante y emprendedora no era nada fácil y con una pena en el alma por un amor no correspondido, menos.

Decidí que si iba a trabajar sería para mí misma, aproveché mis dotes culinarios y con la ayuda de Rodrigo, mi querido, especial y gran amigo, pude conseguir un contrato en la empresa donde él trabajaba para llevarles almuerzo a los vigilantes.

En total eran sesenta almuerzos de lunes a sábado, ideé un menú para cada día que solo incluía tres comidas distintas para que pudiesen elegir y no complicarme con las preparaciones, mi madre era mi ayudante y obviamente le retribuía por su trabajo y con ello pude emplear a dos muchachos también quienes servían de repartidores en sus motocicletas, la ganancia era alta.

Dicha empresa tenía otra sede en Medellín y trasladaron a Rodrigo para allá hacía casi un año, me dolió su partida, pero allá le esperaba un buen futuro puesto que le darían un mejor puesto y por ende un mejor salario, se fue con su mujer, las cosas entre ellos marchaban bien y me alegraba por ellos, me sentía culpable por haber tenido sexo con Rodrigo sabiendo que estaba comprometido con alguien más, tal vez el dolor por no poder estar con Jason era mi castigo.

Económicamente estaba bien, no tenía quejas de mis estudios, era la mejor madre que podía ser y veía a Jason seguido, me atrevería a decir que era un buen momento, estaba en mis mejores años.

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Narra Jason

Me parecía increíble que hubiese pasado tanto tiempo, tres años desde mi ruptura con Angelina, dicen que el tiempo lo cura todo, pero la condenada herida dolía cada día más, deseaba olvidarme de todo y darme una nueva oportunidad a su lado, pero no era tan sencillo como decirlo.

Ander y yo nos volvimos muy cercanos, disfrutaba mucho estar a su lado, él me hacía sentir como un verdadero padre y yo trataba de comportarme a la altura de ese título, no pretendía defraudarlo.

Aunque no se lo haya dicho nunca, también me quedé por ella, por Angelina, no me sentía capaz de estar lejos de ella, creo que la tristeza habría acabado conmigo, disfrutaba verla de reojo cuando salía arreglada a la universidad, o simplemente verla jugar con su hijo, me divertía al verla estresada estudiando para algún parcial o afanada preparando y organizando los almuerzos.

Me sentía malditamente orgulloso de ella, aparte de hermosa era una mujer luchadora y con un gran corazón, se esforzaba muchísimo a diario, se las arreglaba para hacer mil cosas, a veces se quedaba dormida en la mesa haciendo algún trabajo, fingía no darme cuenta pero había estado pendiente de cada detalle durante todo ese tiempo.

En una ocasión cuando se quedó dormida después de un agitado día, la ví tan incómoda que la tomé en mis brazos y la lleve hasta su cama, reposé su cuerpo con cuidado sobre esta y sin querer yo también me quedé dormido a su lado, al cabo de un par de horas recordé y ella continuaba durmiendo, se sintió muy bien estar así nuevamente, me levanté y me fui, Ander estaba en la habitación con Mercedes, Angelina nunca se enteró de eso.

Vivía tranquilo al saber que al igual que yo Angelina tampoco había buscado pareja, ella no tenía ningún compromiso conmigo y tal vez nunca lo tendríamos, pero me dolía imaginarla en brazos de otro, sonaba egoísta preferirla sola, pero la amaba mucho.

Lo que sucedió hace tres años aún me tenía desconcertado, Angelina pasó momentos muy difíciles económicamente hablando y para poder adecuar la cocina para que le dieran el contrato en la empresa de vigilancia tuvo que pedir dinero prestado, de haber tenido los cincuenta millones que la revista supuestamente le dió por revelar la información de mis padres le habría facilitado las cosas.

Creo que por eso no me alejé nunca de ella, en el fondo conservaba la esperanza de que ella me amara de verdad y que todo hubiese sido un engaño orquestado por alguien que deseaba separarnos como ella lo dijo, la duda se mantenía viva en mí pero no comprendía quién pudo atreverse a tanto.