CAPÍTULO 28

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Desperté y me encontraba en una de las habitaciones de la clínica, portaba una bata y un catéter en mi mano izquierda que me suministraba algún líquido el cual desconocía, me sentía un poco mareada y me dolía la cabeza, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente.

-Por fin despertaste.

Me sobresalté cuando escuché la voz de David, estaba a un lado de la habitación pero yo no me había percatado de su presencia.

-Hola, ¿Cómo sigue Jason? ¿Qué han dicho los médicos? ¿Qué me sucedió?

-Tranquila, al parecer te desmayaste por el shock del momento, nada grave y bueno Jason aún está en cirugía, apenas estuviste una hora inconsciente, eso me dijeron los médicos.

Recordé las palabras de mi madre y comencé a llorar, es increíble que Diego me haya engañado de esa manera, que nuestra felicidad haya sido una farsa, una mentira, que haya jugado conmigo todo ese tiempo.

-Tranquila, Jason se pondrá bien es un tipo fuerte, además a él le gusta llevarle la contraria a todo, tal vez también lo haga con la muerte.

-Esperemos que sí.

-Espero que esto sirva para que se unan más.

-O para que terminemos de alejarnos.

-¿A qué te refieres?

-David a Jason le dispararon por mi culpa, una tal Fernanda se enojó y se puso celosa porque él la cambió por una pobretona como yo, me iba a disparar a mí y Jason se interpuso... Me salvó la vida pero ahora él está al borde de la muerte... No tienes idea de cómo me siento...- Más y más lágrimas recorrían mi rostro. -Y si mi presencia en su vida representa un peligro para él, prefiero mantenerme alejada.

-No digas eso...- David se acercó y me abrazó para tratar de consolarme. -Si te alejas de Jason ahí sí se va a morir pero de tristeza, de soledad, ese hombre te quiere más de lo que crees, eres la única persona a la cuál le ha permitido pasar la barrera que el mismo construyó, tú no eres un capricho para él, te has convertido en alguien necesario.

-Ya no sé David, estaba decidida a darme una oportunidad con él y mira lo que pasó.

De repente la puerta se abrió y un carraspeo interrumpió el fraternal abrazo, era la mamá de David y no se le veía contenta.

-David necesito que vayas al apartamento de Jason a buscar algunas cosas para él, ya salió de la cirugía, afortunadamente lo trajeron a tiempo.

-¿Cómo está él? ¿Cuándo podremos verlo?- Pregunté emocionada, no se iba a morir.

-¿Y tú quién eres?

-Tranquila Angelina, debes guardar reposo; mamá ella es Angelina, la novia de Jason.

-¡¿Novia?! Se puede saber porqué no estaba informada de eso.

-Mamá Jason ya es un adulto y sabe perfectamente lo que hace, además Angelina es una buena persona.

-Pero yo soy como su madre y debía estar enterada, es más él debió pedir mi aprobación.

La actitud de la señora me hizo sentir en extremo incómoda, se ve que es muy exigente, no me quiero imaginar la cara que pondrá cuando se entere de que yo no pertenezco a su círculo social, entre otras cosas.

-Eso lo hablarás después con él, por lo pronto tanto Jason como Angelina necesitan descansar.

-David ¿Puedes hacerme el favor de pasar por mi casa por algo de ropa? El vestido que tenía está muy sucio y no puedo salir de aquí en bata.

-Está bien, nos vemos luego.

Ambos salieron de la habitación, me sentía un poco aliviada porque Jason había salido bien y esperaba que pronto mejorara. Al cabo de un rato un doctor llegó a revisarme, vió que el líquido vía intravenosa se había acabado y que además mis signos vitales ya estaban estables y decidió darme el alta, no era necesario que estuviera allí.

-Y no se preocupe por la cuenta, el señor Peraza asumió todos los gastos, nos dijo que le traería algo de ropa así que espere aquí y cuando esté lista se podrá ir.

-Muchas gracias. Doctor... Disculpe ¿Usted sabe algo de Jason Lombardi?

-No, lo siento, ese paciente no me tocó a mí pero si sé algo, le diré.

Creo que después de todo esto voy a necesitar una consulta psicológica, no es posible que me estén sucediendo tantas cosas mala cuando yo no soy una mala persona.

Amaneció y yo aún me encontraba en el hospital, durante la noche nos dijeron que Jason había sufrido un paro cadiorespiratorio, tenía uno de sus pulmones comprometidos ya que la bala lo rozó, pero lograron estabilizarlo.

La señora Aurora, así se llama la mamá de David, se fue en la noche, se turnó con David, él se quedaría durante la noche y luego ella vendría en la mañana para estar pendiente de Jason, yo por mi parte tengo un hijo, un trabajo y una mujer a la cuál enfrentar así que me despedí de David y salí de allí rumbo a mi casa con el compromiso de que me informara de cualquier novedad.

Llegué a eso de las siete de la mañana y ya ella estaba ahí, al parecer mi mamá le dijo que yo trabajaba y quiso encontrarme antes de que me fuera.

Entré a la casa y Ander ya no estaba, le pedí a la mujer que me acompañara hasta el estudio de paz para hablar a solas.

-¿Y bien?- Inquirí con una ceja levantada.

-Mi nombre es Carla, estuve con Diego durante cuatro años y tuvimos un hijo el cual tiene tres añitos actualmente.

-¿Qué es lo que quieres? Diego ya está muerto ¿Qué ganas con decirme esto ahora?

-Quiero la parte del dinero que le corresponde a mi hijo.

-¿Perdón? ¿Cuál dinero?

-El del seguro de vida, mi hijo tiene derecho a una parte del dinero que dejó su papá.

-Lo siento pero ese dinero estaba a mi nombre y no había ninguna cláusula que dijera que debía repartirse entre sus hijos, no era un testamento, no hay una herencia, era un seguro el cual yo podía cobrar y gastar.

-¿Eso qué significa?

-Que no hay dinero, ya lo gasté, y que usted y su hijo no tienen nada que ver conmigo y menos por la forma en como viene a pedir las cosas a mi propia casa.

-¿Entonces en eso lo gastaste? ¿En esta casa? Casa la cuál una parte es de mi hijo.

-Ya le dije que no era una herencia y por ende a usted y a su hijo no les corresponde nada, mire, no me interesa saber qué pasó entre ustedes, el tiempo, las circunstancias, nada... Le pido que así como apareció se desaparezca, no tengo la más mínima intención de soportarla, aquí la esposa era yo y por ende la engañada también, si cree que algo le pertenece haga de cuenta que fue mi indemnización, ahora ¡Fuera!

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