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NARRADOR||
Su espalda se apoyo contra la frías puertas del refrigerador, suspiro. Con delicadeza bebió el agua que se había servido anteriormente. Era plena madrugada y ella no podía conciliar el sueño.
— Oh, hola.— Escucho la voz de Han entrar a la cocina, pero de todas formas no abrió sus ojos.— ¿Estas bien?
Asintió y se alejo del refrigerador para apoyarse en la mesada dejandole el camino libre a Han.
— Si, solo no he podido conciliar el sueño.. ¿Y vos? Creo que tampoco puedes o, ¿Me equivoco?— Lo miro atentamente mientras él se servía un vaso de agua.
—Yo tampoco.. — Susurro.— Mi mente no deja de darle vueltas a un mismo tema hace días.— Admitió antes de beber un poco del agua.
Ella lo miro con curiosidad.— ¿Enserio? Wow.. ¿Qué tema? Va, si quieres hablarlo, tal vez te sirve de algo decirme que es en lo que piensas o no se.
—Si, creo que me serviría.— Asintió — En ti, en eso pienso. Desde que te conocí y va en aumento con el pasar de los días.
La morocha se giro dándole la espalda, por alguna razón la había puesto nerviosa.— No eres al único al que le sucede, Han.
— Tus ojos.. — Murmuro.— lo vi, vi como ese guardia te miro a los ojos y se perdió completamente de un segundo a otro.
Logro erizarle la piel con cada una de sus palabras, se sentía extraña al escucharlo hablar.
—Dejame mirarte — Suplico.— Quiero saber que ocultas detras de esa mirada, medusa.
Se acerco a ella, y de forma sutil la agarro de la cintura girandola para quedar frente a frente, para así poder mirarla fijamente a los ojos.
—Estas jugando con fuego..— Susurro ella acariciando la mejilla de él permitiéndole hacer contacto fijo con su mirada.
— Quiero quemarme.— Admitió logrando que sus labios se rocen con suavidad.
Luego de un rato, ella termino corriendo la mirada a otro sector del cuarto. Eso nunca le había pasado, ellos siempre bajaban la mirada ante la suya, ¿Por qué él no?
—Espero que hayas encontrado alguna respuesta.. — Susurro antes de remojar sus labios.
—No, no lo hice.— Se alejo de ella.— Y eso me enoja, enserio. Quiero saber que les pasa a ellos cuando te ven, quiero entender por que eres medusa, quiero quemarme ante tu mirada ¿Por qué no me pasa?
—Tal vez.. No es el momento. Tal vez, no estas destinado a quemarte.— Opino intentando mantener el control ante la situación.
—Y si realmente, es tu turno de quemarte? Digo, tal vez ahora la curiosidad sea yo y vos el gato, tal vez los roles cambiaron.
Ella río y negó ante sus palabras. Se acerco a él, y tomo su rostro con una de sus manos, y susurro lo último cerca de sus labios:
—Yo no me quemo, cariño. No te confundas, los roles no han cambiado.
Se alejo nuevamente de él, y antes de irse le lanzo un beso.
