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NARRADOR. ||
Atrapo entre sus labios el sorbete que tenía en su vaso, para beber el licor que este contenía mientras observaba a la gente llegar a la nueva apertura de su bar.
El hecho de haberlo visto entre las ruinas a causa de la pelea que hubo dentro y ahora verlo tan hermoso, todo en su lugar y con las chicas bailando en cada sector la llenaba de felicidad.
— Felicidades, ha quedado hermoso.— Escucho esa voz tan familiar a la vez que sentía como esa persona ponía sus manos sobre su cintura y apoyaba su cabeza en su hombro.
— Gracias, que lindo eres— Sonrió ligeramente antes de beber otro poco de su bebida.—¿Qué haces aquí?
Estaba sorprendida y muy emocionada de tenerlo nuevamente a su lado después de tantos días sin saber absolutamente nada de su paradero, aunque a pesar de la emoción mantuvo la calma.
— Que ruda. — Se quejo.— Un "te extrañe" no estaría nada mal, ¿Lo sabes, no? Hace semanas no nos vemos, ni sabemos nada del otro.
Ella se giro quedando frente a frente con él y con una sonrisita volvió a atrapar el sorbete entre sus labios.
— Mmh, me extrañaste?— Pregunto de forma acusadora.— Eso seria muy lindo de su parte y muy cursi, señor lue.
— Quizas, bien.. Si, si la extrañe bastante señorita. ¿Usted a mi, no?— le consulto a la vez que pasaba un mechon de pelo detrás de la oreja de la joven.
— Como no voy a extrañarlo.— Inclino ligeramente su cabeza hacía un lado mirándolo aun con una sonrisa, no podía estar más feliz.
— Disculpen las molestias, pero a quién puedo pedirle un trago aquí..
La morocha lo miro por encima de su hombro, era roman y atrás de el se encontraba tej que aun miraba el lugar con asombro.
— Al chico de la barra, a quién más vas a pedirle un trago?— murmuro ella como si no fuera obvio.
—Si, si claro! Como no lo pensamos.— Soltó una risa antes de irse a otra parte de la barra para pedir un trago.
Ella se giro mirando nuevamente al chico frente a ella. — Y ellos por qué están aquí? No me mal interpretes, pero.. ¿Por qué?
— Si, en realidad ellos me trajeron a mi.. No yo a ellos.— Comento antes de agarrar el vaso que se encontraba a su lado y darle un trago.
— Digamos que entiendo la situación,¿solo son ellos dos?
Han negó.— También están brian y mía, en alguna parte del bar. — Le informo.— Pero! Eso no importa, lo que importa es que estamos aquí y juntos.
— Han..
— Lo se, no es la mejor situación, pero no podía decirles que quería venir solo o algo así, era esto o no venir.
Ella le sonrió con comprensión.— Da igual, solo me interesa que estés aquí, conmigo— aseguro acercándose un poco más a él, pudiendo oler el rico perfume que llevaba puesto.
—Eso me alegra.— Apoyo su mano en el menton de la morocha y atrapo sus labios con delicadesa formando un pequeño, suave y dulce beso.
— No tenía pensado extrañarte tanto.— Le comento abrazándolo escondiendo su rostro en su cuello, donde cerro sus ojos disfrutando el olor al perfume de Han.
— Eso es muy cursi, señorita.— Susurro para que solo ella pudiera escucharlo.— Esta actuando de forma romántica en su lugar de trabajo a la vista de todos, debería sentirme afortunado?
Ella asintió. Realmente no le importaba lo que podían decir los demás, ella hacia de su vida lo que quería, cuando quería y con quién ella quisiera.
Se alejo para poder mirarlo mejor— Deberías sentirte muy afortunado, no esta en mis planes hacerte daño y eso es tener mucha suerte.— Aseguro apoyando su dedo índice sobre el pecho de Han.
— Estas queriendo decir que no esta en tus planes romperme el corazón como a todos los demás?— Pregunto agarrandole la mano que había apoyado en su pecho para acercarla a su rostro dejando que ella la apoyase en su mejilla.
— Si, eso digo.— Murmuro dejando pequeñas caricias en la mejilla del contrario.— Y espero, que tu tampoco hagas eso con el mío..
— Yo no soy él, chapi. — Aseguro.— Yo jamás podría hacerte daño, yo soy diferente, demasiado diferente a él.— Dejo un pequeño beso en la mano de la joven antes que ella la alejara de su rostro.
Bajo su mirada con una sonrisa.— Lo se, se que eres mejor en todos los aspectos, siento que eres lo que no estaba buscando, pero lo que más necesitaba.
Alguien se aclaro la garganta a sus espaldas haciendo que ella se gire, encontraste con quién menos quería en esos momentos, brian.
Han, sonrió.— Le conte que nos diste tu aprobación, gracias por eso, hermano.— Murmuro pasando su brazo por los hombros de la morocha quién lo abrazo por la cintura.
—Si... — Susurro, brian.— No sabía que iban tan enserio, me sorprende viniendo de ti, medusa.
— Si, yo soy especial, por eso.— Comento Han sin borrar su sonrisa.
