Capítulo 4.

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Es solo una dieta. 

[Enith Mejia]
29 de Agosto del 2018.
12:30 PM.

La conversación es sobre mi fiesta de cumpleaños pero no presto atención, incluso todo el ruido que hay en la cafetería no me distrae, no puedo dejar de pensar en ella, ¿estará bien?.
 
—Enith — Christian me da palmaditas en el hombro logrando sacarme de mis pensamientos, debo de verme como loca, parece preocupado. —¿Estás bien?.

—Sí, lo estoy.

—Toma, Enora te lo envió — al igual que estos últimos tres días me da dos bolsas, en la primera hay apio, calabacín y espinacas delicadamente preparadas y empaquetadas. En la segunda hay fresa, albaricoque, melón y manzana en pequeños trozos, de su bolsillo saca una hoja perfectamente doblada, en ella hay algunas listas e intentos de tablas donde explica la cantidad de nutrientes y calorías positivas que cada uno contiene. 

La palabra "Come" esta en el borde del papel junto a un dibujo, es una versión caricaturizada de mí, amo como dibuja Enora.

—¿No vino Enora de nuevo? — pregunta Ale.

Lleva tres días sin venir a la escuela, ninguno de nosotros sabe dónde vive así que no podemos ir a su casa, ya ni siquiera trabaja en el centro comercial. 

—No, la he visto pero nunca me dice si vendrá — informa Christian.

—Solo la ví un día pero me agrada, parece divertida — ¿por qué Jeremiah suena tan desilusionado?.

—¿Hay alguien que no te agrade? —bromea Elisa.

—Tú — responde, Elisa le arroja un trozo de carne pero Jer lo evita.

—Elisa no le arrojes comida, harás que se manche su ropa —la regaña Bianca, como siempre defendiendo a Jer, todos ríen de su extraña forma de demostrar afecto y siguen conversando olvidando completamente el tema de Enora, excepto por mí, estoy asustada, tal vez su padre le hizo algo. 

(...)

He regresado a entrenar, aunque por ahora no tengo una competencia en mis planes necesito el ejercicio, he estado haciendo menos horas esta semana además de comer un poco de las comidas que hace Enora, seguramente me veo más gorda justo ahora. 

Ayer traté de comer todo lo que envió Enora pero no puedo hacerlo, la comida me da náuseas y el sentimiento de culpa es cada vez más fuerte. 

¿Odio la comida?, no, amo la comida, me odio a mí.

 La entrenadora sale de su oficina para corregir a las novatas y como siempre regalando comentarios hirientes sobre nuestro físico, con el tiempo te acostumbras. 

—Todas deberían de aprender de Enith, mirenla, cada vez se ve más delgada, felicidades, ¿qué dieta estás llevando? — pregunta orgullosa la entrenadora. 

Que irónico, es justo lo que dijo Enora. 

—Solo consumo alimentos verdes —miento.

—Perfecto, sigue así —estaba por responderme pero su mirada se clava en una chica de primero, pobre chica.
 
—Esta algo gorda, unos ocho kilos menos y estará bien —susurra una chica detrás mío. 

¿De esto se trata el amor? || Borrador. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora