Capítulo 12.

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¿Soy un fracasado?. 

[Enith Mejia]
24 de Diciembre del 2018.
08:00 PM.

Al entrar me sorprendo un poco de lo hermoso que es, hay muchos árboles y flores, la iluminación es cálida y con una variedad de colores, a pesar de ser un cementerio parece animado.

Hay una enorme cantidad de lapidas llenas de flores, en todos lados hay personas llorando sobre ellas y otras solo sentadas conversando, presto atención a los nombres, cada uno de ellos seguramente más de una persona lo ha dicho mientras llora, ¿es raro que ese sea mi primer pensamiento?.

En cada una de esas lapidas blancas hay una persona, alguien que alguna vez fue amado, alguien que alguna vez sonrío y amo, que complicada es la vida.

Atravesando un largo sendero lleno de flores y hojas secas llegó a ese lugar al que tanto le temía.

Sara Mejía. 
2002-2017
Amada hija y hermana. 

Esta escrito con letras doradas, junto a su lápida hay un enorme ramo de girasoles, ¿quién trajo esto?, Sara odiaba los girasoles decía que eran muy cursis, prefería los cactus, decía que eran más su estilo, muevo algunas hojas secas que están sobre la lápida y coloco dos pequeñas macetas con dos cactus diferentes, Christian me ayudó a elegirlos.

—¿Me extrañaste? —pregunto, observo fijamente las letras y las repaso una por una, nunca me imaginé haciendo esto. —Mamá me contó lo que pasó, ¿por qué no me dijiste?, hubiera golpeado a ese idiota contigo —bromeó, trato de reír pero las lágrimas no me dejan hacerlo.

Se supone que estoy sola pero por alguna razón no me siento así. 

—Sufriste mucho ¿verdad?, lamento tanto que lo tuvieras que hacer sola —continuo, trato de limpiar las lágrimas pero es imposible, siguen saliendo. —Perdón por haber sido tan tonta y no venir antes, no entendía por que lo habías hecho y solo pensé en mí, te hubieras reído de mi estupidez pero Enora me ayudó a entenderte, oh si, no te he hablado de ella, la conocí hace algunas semanas en un parque pero al parecer fuimos compañeras de toda la vida, soy muy distraída. Enora... es una nueva amiga, ella me ayuda a ver todo de una manera diferente y me hace cuestionarme, raro ¿no?, tú eras la que me hacía hacer eso— un suspiro se me escapa, es tan difícil. — Sara, no tienes idea de cuanto me haces falta, no hay día en que no me imagine cómo sería si estuvieras aquí, seguramente tendrías dos amigas nuevas, Tania y Enora se llevarían increíble contigo, Tania tiene tu edad de hecho, ella hubiera sido tu compañera, ¿no es extraño?— pase por lo menos tres horas hablando sobre todo lo que ha pasado, sé que no me responderá pero por alguna razón siento como si hablara con ella.

Nunca creí decir esto en voz alta, pero si lo haré quiero que Sara sea la primera en escucharlo. 

—Sara, estoy enferma, no sé lo que tengo pero no soy la misma, cada vez que como me siento tan culpable como si no mereciera hacerlo, me repito lo mismo una y otra vez, me provoco el vómito todo el tiempo, hago ejercicio hasta que me desmayo, paso incluso hasta tres o cuatro días sin comer pero otras veces como tanto tan rápido y sin pensar para después vomitar y castigarme, me duele verme en el espejo, no puedo hacerlo, no se como llegué a esto yo solo quería hacer una dieta, solo quería bajar seis kilos con una simple dieta —confieso.

Así fue como empece, haría déficit calórico hasta bajar seis kilos, pensé que eso me haría sentir bien, solo quería sentirme bien. 

—Tania me dijo que debo de pedir ayuda pero si me internan dejaré a Enora, ella está cada vez más perdida, todo el tiempo está drogada y a veces es violenta, tengo miedo de dejarla y ya jamás recuperarla, ¿qué puedo hacer? — entonces por primera vez lloro, no por Sara, no por mi mamá, lloro por mí, por que jamás había dicho esto en voz alta, lo he pensado mucho estos días pero jamás se lo había dicho a alguien, al hacerlo me doy cuenta de lo doloroso que es darte cuenta saber que estas enferma.

¿De esto se trata el amor? || Borrador. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora