¿De esto se trata el amor? || Borrador.

Capítulo 24.

Burbuja tóxica.

[Christian]
21 de Julio del 2019.
02:22 AM.

Enora, mi amiga de la infancia fue declarada muerta unas horas atrás. 

Estaba presente cuando el doctor nos dijo la noticia, fue una especie de deja Vu, ya había pasado por esto.

Las misma palabras que dijo el doctor ya las había escuchado, la única diferencia era el nombre, debería de ser más fácil, ¿no?.

Se supone que las personas mueren todos los días, cada día miles de personas lo hacen pero, ¿por qué tenía que ser ella?, ¿por qué fueron ellas?, ambas eran como mis hermanas pequeñas y ambas fueron obligadas a hacer eso.

—¿La mocosa tenía seguro de vida? —conozco esa voz, es el padre de Enora, Jared, conversa con su esposa quien parece llorar de una manera bastante extraña.

"Mocosa", ¿así llama a la hija que mató?. 

Los recuerdos llegan a mi mente, todas las veces que vende las heridas de Enora de niña, cuando mentía en la escuela sobre sus moretones, cuando dejó de vestirse como quería por que su padre la llamaba "zorra", todo, cada palabra que dijo pasa una y otra vez por mi cabeza.

Todo lo que le hizo ese idiota.

Siento un ardor extraño en el estómago y fuertes punzadas en la cabeza, sin pensarlo más me acerco a él. 

—Buenas noches señor Jux —saludo al hombre que sigue diciendo estupideces.

—Pequeño Christian —de niño todo el tiempo me llamaba así. 

Odio la violencia, no me gusta, no la apruebo ni mucho menos la promuevo, pero necesito hacer esto. 

Solo debe de regresarme un golpe y le joderé la vida.

—Quiero que sepa que jamás me voy a arrepentir de lo que estoy por hacer, lo merece.

Fue lo único que dije antes de darle un fuerte puñetazo en la cara.

(…)

Al amanecer lleve a Enith a casa, se supone que debía ir a la mía pero me fue imposible, al estar solo en mi auto los recuerdos llegaron.

La desesperación por llegar, el choque, el fuerte dolor de cabeza pero sobre todo la sangre.

El fuerte olor a sangre y el peso de Enora aun puedo sentirlo sobre mí. 

Aun esta sobre mí.

No puedo respirar.

No puedo respirar.

No puedo respirar.

Un llanto incontrolable llega, puedo sentir de nuevo todo, recordar cada detalle, debí de correr más rápido, debí de leer la carta antes, debí de ayudarla.

Yo la maté. 

—¡Christian! — la puerta de mi auto es abierta con agresividad y soy arrastrado afuera aún entre lágrimas.

—¡Es mi culpa!.

—¡¿Qué ocurre!?, ¡detente por favor! —grita Jeremiah, por el llanto ni siquiera puedo distinguir su rostro pero su voz, es imposible no reconocerla.

Me abrazo por detrás con fuerza impidiendo mis movimientos, al principio reaccione agresivamente pero poco a poco me suavice, duele.

—¿Estas mejor? —pregunta de nuevo Jeremiah.

—Jer, Enora se suicido —respondo entre sollozos.

No hay respuesta pero puedo sentir el cambio en su respiración, unos segundos después siento las lágrimas de Jer caer sobre mí.