Capítulo 17.

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La clínica. 

[Enith Mejia]

Cuando ingresé a la clínica solo sabía que estaba enferma pero no sabía exactamente de que, no sabía el mundo completo que este tipo de enfermedad conlleva.

"Trastorno alimenticio" era la primera vez que escuchaba algo como eso, la enfermera que me recibió me dijo; "bienvenida señorita Mejia, está aquí ya que existe la sospecha que sufre un trastorno alimenticio, por lo que nos informan no hay un diagnóstico previo, se le harán una variedad de exámenes antes de ingresar, ¿está lista?" creí que el "estás lista" era solo una expresión pero realmente debes de prepararte para poder afrontar una enfermedad de este tipo.

Fue algo realmente doloroso y complicado, lo primero que hicieron fue llevarme a una zona donde pase el día completo, exploración física, exámenes de sangre y orina, radiografías, una electrocardiografía y una evaluación psicológica fueron algunas de las pruebas que me hicieron y como era de esperarse fui admitida.

La primera vez que ví la clínica para ser sinceros visualmente me gustó, es bastante agradable y cálida, es como una enorme casa pero llena de enfermeras y chicas, me explicaron que por dos semanas estaría en una habitación individual para después pasar con el resto de las pacientes, no entendía por que dos semanas en aislamiento hasta el tercer día. 

No puedo decir que fue lo que le paso a mi cuerpo, sudaba, estaba más irritable que de costumbre, me provocaba el vómito descaradamente, lloraba todo el tiempo y en más de una ocasión suplique que no me alimentarán. 

Una enfermera estuvo junto a mí todo el tiempo, en ningún momento se apartó de mí, para cada comida, para ir al baño e incluso para dormir esta junto a mí supervisando desde el primer día hasta el último, dos enfermeras estubieron junto a mí en total, se llaman Egly e Irla, ambas son agradables y atentas conmigo, les debo demasiado a cada una por ayudarme.

La sonda, ni siquiera quiero hablar de eso, solo pensar en la desnutrición que tenía es escalofriante. 

Lo que más me incómodo del lugar es que no hay ningún tipo de espejo ni báscula personal, fue una tortura no poder verme "¿estoy engordando?" era una pregunta que pasaba por mi cabeza una y otra vez cada día, el pánico me invadía cada que lo hacía, las primeras semanas sufrí tres ataques de pánico debido a mis pensamientos excesivos, quien diría que pensar sería tan doloroso.

Al tercer día inicié con el tratamiento psiquiátrico y psicológico, hablamos sobre mi infancia, mis amigos, la escuela, mi situación sentimental y mis pasatiempos, el tema que más me costó hablar fue el de Sara "¿cómo te sentiste?" era una pregunta común en cada sesión pero aquella vez fue la pregunta que más me destrozó, nadie me había preguntado como me sentí en ese momento.

¿Qué fue lo que sentí?, ¿dolor?, no, fue más que eso, tal vez ¿desesperación?, ¿desolación?, ¿miedo? no tengo idea, el día que ví a Sara sobre esa mesa metálica con su cuerpo estático y helado sentí que mi vida se fue a la mierda, había perdido a alguien por primera vez en mí vida, quería aferrarme a ella y no dejarla ir, quería llorar y suplicar que no se fuera pero no pude hacerlo, no me dejaron seguir amando a Sara, no me dejaron sentir empatía. 

¿Odio?, jamás sentí eso por Sara, me sentí abandonada, por que duele, duele pensar que terminó con su vida, duele pensar en todo lo que paso, duele pensar que no la ayude. 

No la salve, nunca pude salvarla y jamás cambiaré eso, eso era lo que me jodió todo ese año, que no aceptaba que no podía cambiar nada, me lastimó creer en mis padres y culpar a Sara, soy la creación de la ignorancia. 

¿De esto se trata el amor? || Borrador. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora