05 | underwater

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"My heart gets swept away more and more
till it gets submerged underwater."



A pesar de las apariencias, Hyerin se había graduado de una prestigiosa academia de gastronomía en Estados Unidos. Se había quedado en aquel país incluso después de terminar su carrera persiguiendo el sueño americano de escalar poco a poco en los mejores restaurantes hasta llegar a tener el suyo propio algún día. Sobraba decir que las cosas no iban como ella lo había pensado.

Ahora estaba dispuesta a intentar el plan B, por el tiempo que fuera necesario.

La familia de su madre poseía una repostería desde hacía ya muchas generaciones. Recientemente, con ayuda de Hana, estaban ampliándose por Corea como una franquicia. Hana era muy buena para los negocios; su mente estaba diseñada para los números y las oportunidades, pero la madre de ambas siempre lamentó que su primogénita no heredara su gusto por la cocina, y que la menor de sus hijas se llevara su gusto al otro lado del mundo.

—Me alegra muchísimo que regresaras, cariño, —dijo su madre en el momento que Hyerin se presentó en la tienda, abrazándola. —Necesitamos a alguien con tu creatividad.

Su madre, a quien no había visto en un par de años, seguía exactamente igual a como Hyerin la recordaba. En su mente, su madre siempre usaba el delantal rojo de la pastelería y olía a vainilla, sus manos eran suaves y tenían rastros de harina en ellas. Su rostro siempre mostraba una sonrisa cálida y sus brazos siempre estaban listos para reconfortar o dar ánimos.

Hana, quien también estaba presente, rodó levemente los ojos pero tenia una sonrisa que no podía ocultar. Hyerin sabía que también le alegraba que ella por fin se integrara al equipo de la familia, aunque aún no estaba segura de cuanto tiempo duraría.

—Si, bueno, puede empezar a ser creativa cuanto antes, —dijo su hermana mirando un reporte en una tableta electrónica. —Se cerca la temporada alta y necesitamos nuevos diseños para los pasteles del mostrador. Ah, la sucursal de Bucheon también necesita personal y a alguien que le enseñe al nuevo jefe de cocina las recetas de la temporada.

Su madre colocó una mano afectiva y certera sobre el brazo de Hyerin, y el peso de una nueva responsabilidad poco a poco cayó sobre ella. Tenía mucho que aprender si quería realmente ser de ayuda para su familia y tenía que hacerlo rápido.

—Esta bien, muéstrame las recetas.

Hyerin pasó toda la mañana y buena parte de la tarde tratando de seguir las recetas de su madre sin quedarse satisfecha hasta que el sabor era lo más parecido a las de ella. No era a lo que estaba acostumbrada, pero pronto fue agarrando el hilo de qué es lo que tenía que hacer y que no. En la repostería no importaba tanto el arte, el sentimiento ni la pasión, sino seguir las instrucciones lo más exacto posible.

Pasaron días completos en los que los empleados de más confianza y jerarquía de la pastelería le enseñaron los trucos y recetas no solo de los pasteles, si no de todos los otros postres que elaboraba el negocio. En las horas de mayor venta también ayudaba a despachar en el mostrador. Realmente faltaban manos para atender a toda la gente que pasaba en un día regular.

Sus mañanas y tardes estaban ocupadas con el curso intensivo, en ensayo y error hasta que lograra dominar todas las recetas y por las noches se quedaba en ocasiones hasta altas horas de la madrugada dibujando sus ideas para los diseños de los pasteles.

exile | baekhyunحيث تعيش القصص. اكتشف الآن