exile | baekhyun

20 | exile

FINAL CHAPTER

I think I've seen this film before
And I didn't like the ending
You're not my homeland anymore
So what am I defending now?

—

Hyerin levantó la mirada de su teléfono cuando escuchó la puerta del auto abrirse, junto con el pequeño bep bep que lo acompañaba. Baekhyun se sentó detrás del volante con una gran sonrisa y dos vasos de café sostenidos, de alguna forma, únicamente con una mano. Ella se apresuró a tomarlos antes de que alguno se derramara, acercándose a él para saludarlo con un beso en los labios. Él rió, un poco apenado mientras cerraba la puerta.

—Mira que lindo eres, Baekhyun. Hasta tus orejas se pusieron rojas.

—Aún no estoy acostumbrado, creo, —dijo él pasando su mano libre por su cabello rubio.

Ella amaba ese color en su cabello y no era la primera vez que se detenía a admirarlo, especialmente cuando usaba prendas negras para contrastar como en ese momento. Se veía simplemente perfecto.

Hyerin tomó un sorbo de su latte y dejó su americano en el portavasos. Baekhyun había tenido razón, esta cafetería estaba alejada pero los cafés valían la pena el viaje.

—¿A donde quieres ir? —preguntó él tomando un sorbo de su propio café, viéndola de reojo mientras conducía.

Ella se fijó en el reloj del tablero, faltaba una hora para la media noche, pero por primera vez parecía no importar el tiempo, el lugar, ni nada más que el momento.

—No tengo idea. Lejos, muy lejos. Solo sigue conduciendo.

Él hizo justamente eso. Las luces de la cuidad se desdibujaban a su alrededor. Ella bajó la ventana y su cabello comenzó a revolotear por todos lados inmediatamente. Cerró los ojos y respiró el frío aire nocturno. Él reía.

Hyerin sentía que podía volar, alcanzar cualquier cosa, cualquier lugar. El rostro de Baekhyun se desdibujaba con cada luz que dejaban atrás pero todavía podía ver su sonrisa en la oscuridad.

Pasaron túneles iluminados, Hyerin sacando su brazo por la ventana mientras Baekhyun reía y a la vez la reprendía. La velocidad del viento a su alrededor apenas competía con la del corazón de Hyerin en su pecho.

Ella subió sus pies descalzos al tablero del auto, sintiéndose viva como pocas veces antes. Afuera, las luces ya habían quedado muy atrás y en la penetrante oscuridad solo alcanzó a ver la luna, perfectamente llena, en el cielo. Dentro, sintió como Baekhyun colocaba una mano tentativa en su rodilla. Ella puso una mano sobre la suya.

Siguieron conduciendo por lo que parecieron horas, cantando juntos canción tras canción, hasta quedar afónicos.

Tiempo después su destino apareció frente a ellos, y Hyerin suspiró ante la vista. Se detuvieron donde el camino terminaba, justo frente a la playa.

Bajaron del auto y viendo hacia el cielo Hyerin se percató que habían dejado la ciudad muy atrás, pues se alcanzaban a ver pequeñas estrellas salpicando el cielo. Baekhyun se acercó a ella y alzó su mirada hacia el cielo igual que ella, sorprendido.