Capítulo 12: La invitación

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Adrianne

Aún estoy durmiendo, cuando me despierta el timbre del teléfono fijo. Lo dejo timbrar un par de veces, pero el sonido es insoportable, así que me levanto para tomarlo.

—Sí, ¿dígame? —hablo, buscando saber quién se encuentra al otro lado de la línea.

—Hola, mi linda. ¿Cómo amaneció la rosa más hermosa de mi jardín?

¿La rosa más hermosa de su jardín?

¿Cuántas rosas tiene ese jardín?

«Mujer, ¿ya estás de celosa?».

No son celos. No soy celosa.

—¿Eso significa que en ese jardín hay varias rosas? —cuestiono y lo escucho sonreír.

¿Será cabrón?

—Sí, nena. Hay dos rosas en mi jardín. Mi madre y tú. Pero tú eres la más hermosa —me halaga.

—Mmm, me alegra saberlo. Desperté muy bien. Me despertó tu llamada.

—¿Quieres que vaya a darte cariñito? Mira que he despertado pensando en ti, mi linda.

No voy a negar que si quisiera. Y escuchar esa voz ronca llena de deseo lo complica más, pero también pienso en que aún no le digo nada a Alexandre. Podría aparecer por aquí mientras estamos juntos.

¡No quiero imaginar lo que pasaría!

Ni pensarlo es bueno.

—Me encantaría, pero creo que vas muy de prisa, Eithan. Recuerda que aún no he cortado con Alexandre —hace silencio por unos segundos y luego, lo que había comenzado con ese tono tan agradable y que había despertado mis ganas, se torna ácido.

Su posesividad es tan grande que no encuentra límites. Es algo que no puede controlar, aunque tampoco creo que haga el intento de hacerlo. Cosa que no me agrada para nada y hace que en este momento me sienta incómoda.

Entiendo que después de lo sucedido no puedo seguir con Alexandre. Y no me he negado, todo lo contrario, terminaré con él, sea como sea. Pero esta presión me está asfixiando y si cada vez que hablamos hará uso de ella, no creo que esto termine bien.

El hecho es que terminamos la conversión con un grado de tensión desagradable. Él trata de darle un giro porque al parecer se da cuenta de que no me está gustando, pero lo cierto es que sigo sintiéndome igual.

Después de terminar la llamada quiero volver a meterme en la cama, pero recuerdo que necesito ir donde mis amigos. Necesitaré ayuda para salir de este embrollo y sé que ellos estarán encantados. Alexandre para ellos es como una piedra en sus zapatos. Jamás se han llevado bien y ninguno se esfuerza en disimularlo.

De paso aprovecharé para ver lo del apartamento. Necesito salir cuanto antes de este hotel. La atención y comodidades son excelentes, sin embargo, ya estoy extrañando el calor del hogar. Además de que podré estar más cerca de mis amigos.

Después de levantarme y hacer mis cosas, me preparo. Escojo un vestido color crema, entallado hasta la cintura, que luego va suelto hasta un poco más arriba de las rodillas. El escote corazón lo hace lucir más hermoso.

Dejo que mi cabello suelto caiga por mi espalda. Me maquillo en tonos suaves, color piel, y mis labios, como siempre, de color rojo. Una combinación perfecta con mis zapatos y la cartera.

No tengo hambre. Aún es temprano, así que aprovecho para comprar algo y poder desayunar con mis amigos. Algo que hace mucho no hacemos por falta de tiempo y de iniciativa.

Después de tomar mis cosas y colocarme mi fragancia, salgo del hotel, con destino al distrito 1 Premier Arrondissement que es donde viven ellos. Cuando estoy en el edificio, aprovecho para comprar el desayuno en un puesto que queda en la planta baja y subo al apartamento de Camile.

Aquellos labios rojos [Libro 1 de la serie posesivos]. Where stories live. Discover now