capitulo 3

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Capítulo 3

Esa noche fue la más desesperante que haya tenido jamás. No conseguía conciliar el sueño después de que dieron las 12, lo único que podía hacer era quedarme mirando el techo blanco de mi habitación, pensando en lo que había transcurrido en el día, todas las bobadas que habían sucedido, y lo especial que era Sebastian conmigo. Jamás me enamoraría de Sebastian y muchos menos el de mí, sé que muchas veces la gente espera una historia de amor que surge de una hermosa amistad, llena de detalles palabras y demás, pero este no es el caso, no para mí.

Observé por un buen rato la oscuridad en mi habitación y un pequeño rayo de luz de luna que entraba por la ventana por entre las cortinas de color beige, solté un suspiro y me acomode por milésima vez en mi cama intentando encontrar la postura correcta para lograr dormir pero fue casi imposible. 

Pasaron al rededor de dos horas que mi cabeza no dejaba de dar vueltas, mi cerebro no tenia ganas de apagarse y me daban ganas de hacer miles de cosas al mismo tiempo pero tenia que dormir como fuera, lo sabia y luego de contar galletas durante un buen rato en mi mente por fin pude caer en un profundo sueño.

***

Transcurría el mes de septiembre, y era de mañana, está haciendo un frío muy peculiar, entramos al colegio como de costumbre y cada uno se acomodó en su sitio, Sebastian llego y me saludo como era de esperarse y dieron inicio las clases. Mientras el profesor daba su monologo cotidiano, yo miraba atentamente por la ventana la cual quedaba para mi fortuna al lado de mi silla, estar en ese lugar era alentador, mirar por la ventana, ver fijamente lo carros cruzar, y las personas seguir su curso, dispersaba mi mente, me detuve mirando un hermoso pájaro que volaba con una pequeña rama en su boca. Enserio era un ave muy hermosa, a pesar de ser pequeña. Su plumaje era rojo y en lo alto de la cabeza llevaba un copete que se levantaba con gracia mientras volaba por el aire. Seguí su continuo aletear hasta que se posó en un árbol, depositando la pequeña rama en un nido casi terminado. Sonreí al ver la escena. Pronto tendría polluelos.

-Hola- decía un chico mientras movía su mano frente a mi cara.

-Oh, hola, lo siento estaba distraída.- contesté algo apenada- el chico que estaba frente a mí era Max Roth un chico alto de cabello oscuro y ojos de igual color, bastante pálido y muy estudioso. Tal vez demasiado para mi gusto, el chico no es feo pero sencillamente no es lo mío.

-Lo sé, estaba observándote y llevas tiempo mirando la ventana.-  Max tiene una obsesión con mirar a las personas, especialmente a mí. Es escalofriante, además ya me ha invitado a salir varias veces y le he dicho que no, quiero dejarle las cosas claras pero el parece no entender.

-Ok- respondí simplemente, el hecho de que estuviera mirándome a cada momento del día me ponía algo nerviosa y no me gustaba nada, sentía que invadía mi privacidad de una manera indirecta 

-Emilia me preguntaba si, no se podríamos, este fin de semana- tartamudeo un poco y cuando estaba dispuesto a continuar...

-Lo siento Max- corto Sebastián mientras pasaba una mano por mi hombro- ya tenemos planes.

-Oh, está bien, creo- exclamó con una mirada de fastidio y se retiró sin decir más. A veces llegaba a creer que Max era un chico tierno pero ciertas actitudes suyas hacían volar esos pensamiento de mi mente. Tal vez le caía mal Sebastian o queria ocultar que al fin de cuentas no era tan buena persona, quien sabe...

-No sabes cómo te lo agradezco Sebastián- lo abracé de camino a casa, las clases habían acabado solo quería llegar rápido, no sin antes agradecerle a mi querido amigo por salvarme de una cita con Max.- no me gusta rechazar a la gente, y más cuando no es la primera vez- hice una mueca y seguí caminando.

puntos suspensivos  #Wattys2016Where stories live. Discover now