Capítulo 31

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Capítulo 31

Corrí lo más rápido que me permitieron mis pies, subiendo y bajando andenes y esquivando a las personas que caminaban a su ritmo por la calle. Mi respiración entrecortada hacia que aminorara mi paso, pronto estaría exhausta pero no podía rendirme, no a dos calles para llegar.

Sebastian se escuchaba un poco angustiado y su tono nada más hizo que mi corazón latiera desbocado imaginándome lo peor. En cuanto me dijo que acababa de recibir una llamada de los que estaban investigando el caso de la chica muerta supe que tenía que ir y acompañarlo que dejar que me lo contara por teléfono.

Mi mochila golpeaba mi espalda con toda la fuerza y peso de los horrorosos libros escolares, estaba seguro que terminaría con un moretón gigante.

Doble la última esquina antes de llegar a la casa de su tía y golpee a la puerta lo más calmada que pude. Abrió Sebastian y sentí el alivio recorrer mi cuerpo, más por ver su cara que por haber llegado tan rápido.

—Qué bueno que llegaste Lía. Dame un segundo—Entro un momento, saco una pequeña mochila y cerró la puerta.

—Cuéntame que es lo que pasa—Insistí.

Caminamos por la acera uno junto al otro, él se mantenía pensativo, como organizando sus ideas.

—La chica, fue asesinada. La estrangularon.

Por inercia lleve mi mano directo a mi cuello como si pudiera sentir el aquel dolor para aquella muerte tan horrible

—están investigando las huellas que hay sobre ella, pero las sospechas se acrecientan sobre Max, no se ha presentado ni una sola vez a dar declaración y cada vez que van a su casa no está.

—últimamente tampoco lo he visto en la escuela, y cuando lo veo pasa de largo y se escabulle, pareciera que no quisiera que nadie lo viera

—Yo... no quisiera creerlo Emilia—Continuó—era mi amigo, sentí que lo había llegado a conocer lo suficiente para decir con loa ojos cerrados que él no haría tal cosa, pero ahora...—suspiró—ahora no estoy tan seguro. El intento hacerte daño, está loco, obsesionado, no descansara hasta saber que tiene el control lo sé, y estoy aterrado por ti y...

— ¡espera! —Lo callé— ¿aterrado por mí? ¿De qué hablas? Están investigando a la chica yo no tengo nada que ver

Se lo pensó un instante, debatiendo dentro de él si debía contarme o no

— ¡respóndeme!

—Tu sabes lo que ha intentado hacerte Lía, dice que está enamorado de ti pero está loco. Me ha amenazado varias veces para que me aleje de ti, está obsesionado contigo, al igual que con aquella chica, con Emily Wallas. Cuando estaba con ella no quería que nadie se le acercaba tenía unos celos enfermizos, hasta con la propia familia de ella. Recuerdo que el al principio intento conquistarla y lo logro, de alguna manera siento que intento hacerlo contigo igual pero te conozco y se lo difícil y testaruda que eres así que es obvio que supo que no podría contigo de ese modo.

Mi cabeza daba vueltas y sentía que en cualquier momento iba a desplomarme, el miedo me consumía de a poco, el solo hecho de pensar en muerte me tenía aterrada, en pensar lo que podría llegar a hacerme o a mi familia o amigos. ¿Hasta dónde pueden llegar los alcances de un psicópata para conseguir lo que quiere?

Por primera vez en mi vida entre en un dilema sobre mi forma de ser, si sería mi terquedad o tenacidad lo que me habría condenado a encontrarme en esta situación. Conocía a Sebastian y estaba segura de que me quería y no permitiría que me hicieran daño, exactamente lo mismo que yo haría con él.

—Escuché a Max hablar contigo una vez, decía que ustedes tenían un trato ¿de que hablaba?

—era una estupidez, ya te dije que siempre me amenazaba desde que se dio cuenta que tú y yo éramos buenos amigos, el creyó que estabas enamorada de mí y yo de ti

Ahora caía en cuenta, tantas veces que me dijo que Sebastian no era lo suficientemente bueno para mi "él no te quiere como yo"

Sacudí mi cabeza para alejar esos recuerdos. Sebastian continuó

—Cuando éramos amigos dijimos que nunca nos meteríamos en las relaciones de los otros, que respetábamos a las chicas que nos gustaban, que nuestra amistad era más importante, Según el yo me estaba metiendo con la chica que le gustaba. Contigo.

Mi cara era un dibujo explícito del horror, nunca me había sentido tan acorralada en mi vida. A veces me preguntaba como en las películas de terror las personas lograban seguir corriendo mientras los demonios o espíritus malignos los perseguían, siempre pensé que yo en su situación me quedaría paralizada a esperar que llegara mi fin, pero esta no era una película, esta era una realidad en la que un loco infeliz estaba suelto y camuflado buscando el momento perfecto para ejecutar sus porquerías y no pensaba dejarme intimidar, tenía miedo pero lucharía y daría mi victoria, no quería meter a nadie de mi familia en esto y tal vez fuera una tonta, pero preferiría que pasara tod o menos ver sufrir a los que amo.

—Tenemos que hacer algo Sebastian

—Lo sé pero no sabemos qué planes tenga Max

—Para empezar—lo pensé y organice mi mente— Tenemos que asegurarnos que todo lo que me has contado está relacionado con lo de la chica y hasta donde pueden llegar sus alcances, no podemos dejarnos intimidar

El asintió y sonrió

—Esa es mi chica

***

NUEVO CAPÍTULO

Hasta la próxima 


puntos suspensivos  #Wattys2016Where stories live. Discover now