Capitulo 18

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Capitulo 18


-lo siento debo irme.

-Emilia- llamó- no quiero que sientas desprecio hacia mí por lo sucedido hace varios días, había tenido un mal día.

-no siento desprecio hacia ti Max, solo quiero ir a buscar donde están los demás.

-¿a quién? ¿Sebastián?- pregunto con cinismo- estas enamorada de él ¿verdad?

-no- respondí seca.

-el solo te ve como una simple amiga ¿es que no lo ves? Por qué no estas con alguien que te quiera de verdad, definitivamente no tendrías que usar esa camiseta.- se acercó peligrosamente a mi e instantáneamente retrocedí.

-¿sabes que sería incapaz de hacerte daño verdad?

Me quede en silencio.

-¿verdad?- pregunto de nuevo.

-Max no confió en ti.

El, abrió mucho sus grandes ojos y su expresión se tornó seria. Comencé a sentirme débil y desprotegida, estaba segura que haría todo lo posible por defenderme si el intentaba algo, pero también estaba al tanto de que él era mucho más grande y fuerte que yo, y que sin duda yo no podría hacer mucho con solo mis manos que ni pueden abrir una botella de agua.

Comenzó a pasearse rodeando diferentes sillas que impedían su camino hacia mí, las rosaba con la punta de su dedo índice mientras mantenía la cabeza agachada.

-¿Qué tengo que hacer para que me aceptes y decidas confiar en mí?

-la confianza se gana y tú ya perdiste todo intento por conservarla.- hice una pausa- deja de acercarte a mí por favor- mi voz comenzaba a sentirse entrecortada.

-¿lo ves? Te hago temblar.

<<Piensa Emilia>> susurre dentro de mí. ¿Si salgo a correr alcanzara a atraparme?

No poseo nada con que golpearlo, solo están las sillas y me demoraría demasiado en alzarla hacia él, ya estaría frente a mí.

Correr, es eso o nada.

En cuanto lo pensé salí disparada derribando los libros que tenía al suelo, esquive varios pupitres en mi huida. Los segundos pasaban y era como si yo corriera en cámara lenta, cada vez veía la puerta principal más cerca, pero me sentía aterrada.

Sentí gran alivio cuando sentí el pomo frio de la puerta entre mis delgados dedos, pero todo sentimiento de satisfacción se derrumbó cuando sentí dos brazos sostenerme por detrás. Mi mochila termino en el suelo.

-¡suéltame!- grite con desesperación.

Él se mantenía en silencio mientras yo forcejaba.

-¡maldito imbécil!- repetía una y otra vez.

-voy a demostrarte cuando te deseo Emilia. En algún momento lo entenderás.

-¡estas demente!

Sentí como aflojo su agarre en mi cintura y me estampo con fuerza sobre la pared blanca y fría.

-en el fondo te gusto.

Sentí como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin parar de sollozar.

-por favor- supliqué.

Sentí sus labios secos deslizarse por mi cuello, oliéndome como un animal inspeccionando a su presa, subió sus manos por mi espalda con fuerza manteniendo firme su agarre, subió la nariz hasta mi cabello y la hundió en el mientras yo temblaba.

puntos suspensivos  #Wattys2016Where stories live. Discover now