14. Anticontextos

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Meses después...

Ya era la quinta noche la cual no podía dormir, o más bien no quería, no sabía por qué, pero cada vez que lograba entrar en el sueño, su rostro aparecía inmediatamente. Había pasado cinco meses aproximadamente desde que había empezado a recuperar la memoria de quién era y hace tres meses ya la había recuperado en su totalidad.

Todo había sido debido a que la zona en donde había recibido el golpe de Kaido era la zona donde se concentraban las memorias y los recuerdos, dicha zona seguía inflamada aún después del tiempo que estuvo en la isla Umigame; recién cuando Chopper le empezó a administrar una medicina especial para tratar ello, es que esta inflamación empezó a disminuir, reduciendo los dolores que lo habían atacado numerosas veces y también dando paso a la recepción y la memoria.

Los mugiwaras ayudaron también en este proceso, invadiendo al espadachín de recuerdos de sus aventuras pasadas; que si bien al inicio se encontraba reacio a escuchar o entender, con el tiempo se fue abriendo más en ese sentido y... cerrándose más en otro.

Cuando recuperó la totalidad de su memoria y personalidad, hubo toda una semana donde no pudo evitar recriminarse por haberse comportado como un estúpido adolescente, se comportó como un chiquillo y más aún, no podía creer que estuvo a punto de renunciar por todo lo que había luchado hasta ese momento ¡Quería matar a esa mujer! De verdad que deseaba hacerlo, más ahora que no le permitía dormir tranquilamente; escuchaba en sus sueños como ella lo llamaba desde lejos o simplemente se presentaban recuerdos de cuando habían estado viviendo juntos junto a ese gato que también deseaba matarlo.

Bajó la guardia como un chiquillo, como un imbécil, bajo la guardia como el cocinero y se hizo débil, casi abandona a sus nakamas, casi abandona a Luffy, casi abandona su promesa; y todo ello por una mujer que no había dudado en entregarlo a la marina sin dudarlo. Tomó una botella de sake y empezó a beber con prisa el contenido, quería relajarse y dormir con tranquilidad, ¿Qué acaso hasta en sus sueños se iba a tener que recordar lo imbécil que se veía cuando la observaba dormir?, ¿Siempre su mente le iba a recordar lo idiota que era añorar siempre su regreso todos los días? 

Botó su botella al suelo de frustración, ya que los distintos recuerdos de esos tres meses empezaban a invadirle la cabeza, solo llenándolo de furia; de verdad que sí quería matar a esa mujer.

- No sabía que ya no te gustaba el sake, espadachín-san, fu fu fu

- Ahora no, mujer - pasó sus manos por su cabello frustrado.

- ¿Puedo preguntar qué pasa? - Zoro alzó su vista para ver como la morena le entregaba otra botella llena, él aceptó a regañadientes y empezó a beber sin responder la pregunta de la mujer; sin embargo ella solo se sirvió café y se sentó en una de las sillas, como si esperara a su respuesta. Pasó alrededor de diez minutos y dos botellas más antes de que el peliverde respondiera.

- No puedo dejar de pensar en lo idiota que fui.

- Tendrías que ser más específico - se burló la mujer ganándose una mirada fulminante de parte de él, a lo que ella solo se rio - ¿Te refieres a cuando perdiste la memoria? - decidió seguir preguntando.

- Sí - tomó un largo trago - casi arruino todo lo que hemos avanzado para que Luffy se convierta en el Rey de los Piratas por mi actitud.

- Habías perdido noción de quién eras - le recordó.

- Eso no justifica mi ingenuidad ante esa tonta mujer.

- ¿Pero acaso de eso no se trata el ser joven? - cuestionó la arqueóloga - el enamorarse sin sentido, o tomar decisiones sin sentido...

Lost (Zororo Roronoa x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora