26. Casi a medio camino

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La piedad no era algo propio de la vida, era lo primero que pensaba ella al ser consiente de que su cuerpo volvía a responder, aunque extrañamente sentía como la mayoría de sus dolores se habían sanado ¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente? No dejaba de sufrir colapsos, por lo que el tiempo era muy relativo para ella. 

A pesar de que sabía que podía abrir los ojos, no quiso hacerlo, sería de nuevo forzar a su mente a la imagen de las paredes rocosas; y prefería imaginarse despertando en su cama del bosque, con Inti a durmiendo en una de las esquinas, y ahora añadía a la imagen a su pequeña en su pecho. El consuelo de esa imagen era lo que la tenía más o menos cuerda en todo ese infierno.

Sin embargo un sonido de cadenas, hizo que su mente se distrajera y borrara esa imagen de su mente; lo que la llenó de frustración e ira, quería matar a quién la sacó del paraíso personal de su mente. 

- Estás despierta - (Tn)______ se levantó rápidamente al oír la voz cerca de ella, volteó abruptamente y retrocedió hasta donde la pared le permitió - tranquila, no te haré nada - ella no respondió, no confiaba en nadie en ese lugar, lo único que rogaba era de que todos murieran y deseaba hacerlo, lo único que le impedían eran las cadenas - ¿Eres la mujer de Roronoa?

- Yo no soy mujer de nadie - habló aún con la mirada afilada a aquel hombre.

- Lo lamento, es lo que había escuchado - agachó su cabeza el rubio - Entonces, ¿No conoces a Zoro Roronoa?

- Tuve la desgracia de hacerlo - dijo con sorna.

- ¿Entonces conoces a mi hermano? 

- ¿Quién es tu hermano? - rio irónicamente - ¿Sanji?

- No, mi hermano es Monkey D. Luffy - la mujer fijó su mirada al hombre de ojos negros y cabellos rubios.

- No te pareces en nada a él.

- No - sonrió un poco - no somos hermanos de sangre, pero cuando éramos niños, nos hicimos hermanos con unas jarras de sake. Me llamo Sabo, por cierto.

- Ya me acordé de ti, eres el hombre que estuvo en la otra celda cuando llegué aquí.

- No lo sé, paro más dormido que despierto aquí.

- Estamos igual - dijo con la intención de terminar la conversación.

- ¿Eres su nakama?

- ¿Qué? 

- De mi hermano, ¿eres su nakama?

- No soy nada de ellos - dijo entre dientes.

- Tranquila, no hace falta que me mires como si quisieras matarme.

Sabo no intentó más entablar conversación con la mujer, era notorio todo lo que había pasado en esas tres semanas; consideraba que era un milagro que estuviera viva después de todo lo que había visto que le habían hecho. Tenía que idear algo antes de que obtuvieran su cometido, por lo que había estado observando, lo estaban logrando ya con esa mujer; y no podía permitirlo.

- ¿Por qué te dicen la mujer de Roronoa?

- Que mierda te importa.

- Quiero saber si mi hermano y su banda vendrán a buscarte.

- No lo harán, ya deja de hablar.

- Creo que si tienes un vínculo con Roronoa Zoro, no es alguien que ellos ignorarán.

- ¡Pues lo harán! - empezó a perder la paciencia - Ninguno de los mugiwaras me quiere en su barco, así que no sé si tu hermano vendrá o no; o en todo caso, si no ha venido a buscarte a ti que eres su hermano, mucho menos lo hará por mí.

Lost (Zororo Roronoa x Reader)Where stories live. Discover now