EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]

Epílogo.

Decirte, que si has llegado hasta aquí: Gracias. Muchísimas gracias por amarlos tanto como yo. ❤️

Epílogo.

— ¿Qué te pasa? ¿No ves qué quedan veinte minutos para la boda, y tú eres el novio? —Pregunta Kendo, reclamándome. — ¿Qué haces asomado a la ventana todavía?

— Voy a casarme.

— ¿Y te das cuenta a estas alturas? —Giro la cabeza tras su pregunta. — Como no llegues, te matará y después te matara Janet.

— Claro que llegaré gilipollas. Quiero casarme con ella ¡Yo se lo propuse!

— ¿Y qué haces aquí?

— Mirarla sin que lo note. —Alza la ceja. Ella está justamente en el balcón de al lado, con Janet que la ayuda a colocarse bien el pelo. — ¿Por qué te crees qué estoy mirando a través de una cortina? ¿No ves qué podría salir fácilmente?

— Si ella se entera que la has visto antes de la boda, te lanzará por el balcón.

— Lo sé —Sonrío— pero es tan hermosa.

Me retiro de la ventana cuando ella gira la cabeza. — Casi te descubre. Venga, tienes que terminar de prepararte.

— ¿Te has convertido en una madre o son imaginaciones mías? —Rio tras preguntar. — Relájate. No habrá boda sin el novio.

— Y si al novio le cortan la cabeza, tampoco.

— Ya sé, ya sé. Yulima me matará. Solo necesito ajustarme la corbata de este traje y ya estaría. —Tocan la puerta, pero no tardan ni un segundo en pasar. — Janet, casi me ves desnudo.

— No tengo el más mínimo interés —Rueda los ojos. Ríe y me señala con el dedo— Te he pillado en la ventana hace un momento ¿Enserio crees camuflarte detrás de una cortina? ¡No! Ella no te ha visto por los pelos.

— ¡Ya vale! Parecéis mis padres. No me regañéis como si tuviera dos años.

— ¡Parece qué los tienes! —Exclama Kendo.

Janet pone las manos sobre mi corbata y la ajusta correctamente. Maldita perfeccionista ¿Qué tal si deseaba ir con la corbata mal hecha?

— Ella casi esta lista. —Me dice— Esta muy nerviosa. Casi histérica. Ha tenido náuseas y quiere quitarse el vestido cuanto antes —Da un toque en mi pecho con los dedos— No la hagas esperar. El bebé de su vientre defiende a su madre de todo lo que la estrese ¿Lo pillas? Caerás fulminado. —Me hace reír.