Capítulo 42.

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YULIMA TYLER

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YULIMA TYLER.

Mi respiración se dificulta. Veo como Myke levanta la cabeza y desconozco sus ojos. Se sujeta a las cadenas, levanta su cuerpo y observa a su alrededor en silencio, acto seguido con tan solo un movimiento rompe las cadenas y se libera de ellas.

— Myke. —No tengo miedo y corro hacia él.

Me detengo cuando sus ojos se fijan en los míos; llenos de oscuridad.

Sus ojos verdes han desaparecido. Su silencio se vuelve aterrador mientras me observa fijamente, creo que analizándome como un psicópata. Libera sus muñecas finalmente de los grilletes, que caen al suelo haciendo un ruido espeluznante. Lucifer se posiciona a mi lado, me mira sonriente y me pide con la cabeza que me acerque a él.

— Vamos. —Me dice.

— Estas equivocado si crees que temeré. —Le digo con la voz muy firme.

Myke pasa la mano por la sangre seca de su rostro, mientras que sonríe ampliamente.

— Hijo. —La voz de Lucifer ni siquiera llama su atención, creo que aún sin sentimientos sigue sin ser un títere. Pues su carácter es algo que jamás cambiará. — ¿Reconoces a esta chica?

Algo que me duele, es que él no me presta ninguna atención. Hace como si no existiera y me duele en el alma que de verdad no tenga ningún sentimiento hacia mí, que ni siquiera un ápice de amor haya quedado dentro de él.

— Amor. —Digo en un tono dulce que no llama su atención en absoluto. — Myke, por favor.

Una carcajada sale de sus labios, y entonces me mira.

— ¿Qué esperas de mí? —Pregunta con la voz muy ronca y cruza los brazos esperando mi respuesta. — ¿Eh?

— Espero que no te hayas rendido. —Respondo y vuelve a reír. — Yo...

— Tenías la esperanza ¿No es así? Oh... que tierno. —Se acerca a mi muy rápido, pone la mano en mi barbilla para sujetarme y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. — La dulce Yulima, llena de esperanza creía que podía evitar esto.

— Creía que no serías tan imbécil.

— Como siempre pensabas que ibas a salvarme. —Acerca sus labios a los míos. — Estúpida.

Me da un leve empujón para apartarme de él. Creo que está disfrutando de cada acción. Siento miedo de haberlo perdido para siempre porque no reconozco sus ojos cuando me mira, no lo reconozco a él.

— Ahora eres lo que siempre debiste ser. —Habla Lucifer lleno de orgullo. — Solo deja que la maldad recorra tu cuerpo y te haga cada vez más fuerte.

— No, no lo hagas. —Digo tratando de acercarme pero Lucifer lo impide con tan solo mirarme. — ¡Tú no eres así! Es imposible que hayas permitido que esto pase.

EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora