Capítulo 3.

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ETHAN

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ETHAN.

¿Qué es el amor para los humanos?

El amor para mí es un sentimiento que te hace débil e inútil. Te hace insignificante. El amor ha hecho débiles a muchas personas a lo largo de la historia, yo he visto con mis propios ojos a guerreros morir por culpa del amor.

Todavía siento entre mis dedos la humedad de su sangre. Belinda suplicó incansablemente por su vida hasta su último aliento pero el placer de arrebatársela ha sido uno de los mejores placeres que he sentido en mis setecientos años. Mi juego solo acaba de comenzar y ella solo era una pieza sobrante en el tablero de ajedrez. Por su culpa todos hallaron la manera de matarme y su deber era pagar por todo el tiempo que estuve encerrado con las almas perdidas del infierno. No es la única que pagará, todos lo harán.

En el cuerpo de Walker no podía dar provecho a mis habilidades de demonio, sin embargo en este cuerpo puedo hacer todo lo que me habría gustado hacer antes de que me hicieran volver a casa.

Escucho su voz; mi padre me está llamando. Camino hasta el espejo del baño y observo hasta ver a través de el el fuego del infierno.

— Hijo mío.

— A penas comienza papá.

— Tu debilidad sigue ahí y ahora más cerca que nunca. —Recuerda enfurecido— Quiero que te mantengas fuerte Ethan.

— Descuida padre, lo que sentí por esa chica se convirtió en un odio profundo el día quedé encerrado en el precipicio de las almas perdidas. Todo a cambiado.

Desaparece.

Amarla me hizo débil, odiarla me hará fuerte y con ello obtendré el poder que necesito para acabar con cada uno de ellos. Ahora puedo hacer cualquier cosa y lo demostraré.

Miro mi rostro atentamente en el espejo hasta que el rojo de mis ojos verdaderos se deja ver.

Sonrío.

— Este mortal parece un ángel, justo lo que necesito. Gracias padre.

MYKE WALKER.

La noticia no me afecta. Belinda no era mi madre, era la mujer que me abandonó e intentó matarme. Jack está destruido pero yo no siento nada. Me quedo en el borde de la cama pensando en cómo habría sido mi vida sin bestia dentro de mí, en lo que me habría convertido y en quien sería en este momento. Juré no volver a pensar en mi pasado y no recordar nunca más lo que sucedió mientras estaba inconsciente.

— Amor. —Yulima entra por la puerta con cara de preocupación. — Jack... me ha enviado un mensaje.

— Todavía no son las tres ¿Qué haces aquí?

— He venido para estar contigo. —Hinca las rodillas en el suelo y pone sus manos sobre en mis piernas. — Él está destrozado.

— Yo no.

EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora