Capítulo 47.

26K 2.1K 1K
                                    

YULIMA TYLER

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

YULIMA TYLER.

Sujeta la mano con la que estoy tapando su herida con mucha fuerza, poso la frente sobre la suya nuevamente y le acaricio el rostro suavemente. Su respiración cada vez es más débil, pero sigue utilizando las fuerzas que le quedan para seguir sujetando mi mano.
Su herida no cicatriza, pues la daga no es una daga cualquiera. Presiento que con ella Lucifer es capaz de matar a cualquier ser inmortal, y no le importa que eso incluya a sus hijos.

— Nena. —Susurra débilmente. Traga saliva y veo cómo sonríe. — Bésame otra vez.

— Myke... —Le doy un dulce beso, tal y como él me pide. Cuando nos separamos vuelve a sonreír. Bajo cualquier circunstancia es capaz de hacer que ni lo malo importe. — Dime que me perdonas.

— ¿Perdonarte? Imbécil, nunca te he culpado por nada. —Mueve la cabeza, lleva su mano completamente bañada en sangre y desliza el dedo pulgar por mis labios. — Lo único que tienes que tener claro es que te prohibo morir ¿Me oyes? Ni se te ocurra dejar que esto pueda contigo.

Se retuerce producto de un fuerte dolor que está desgarrándolo por dentro. Bajo la mirada pero no me permite verle la herida, lo único que quiere es que lo mire a los ojos. A pesar de todo, él permanece con la sonrisa que lo caracteriza; su hermosa y endemoniada sonrisa.

— Diana. —Ella aún sigue en shock por todo. Creo que la marcha repentina de Ethan la ha afectado más de lo que pensaba. — ¡Diana! —Al fin capto su atención.

— ¿Sabes qué forma tenía la daga qué lo atravesó? —Pregunta y yo al instante trato de recordarlo. Todo ha sido tan de repente que mi mente esta bastante colapsada.

— No la recuerdo muy bien ¡Joder! —Exclamo angustiada. Myke sigue en mis brazos expulsando bastante sangre por la boca.

Él mueve la cabeza. Extrañaba tanto el color verde sus ojos, tanto.

— Puedes hacerlo. —Me susurra.

— No logro recordarlo. —Digo y el nudo de mi garganta se deshace, permitiendo que me rompa al fin y deje de aparentar una fuerza que en realidad no tengo. — Joder.

— Chica de ojos canela, no hay nada que no puedas hacer. Cálmate, cierra los ojos y recrea lo que ha sucedido en tu mente —Besa mi mano. Sus labios están ásperos y fríos, muy fríos.— puedes hacerlo.

Cada vez está más débil, y yo más nerviosa, pero cierro los ojos y lo hago como me ha dicho. En mi mente recreo el momento; Lucifer, la daga y Myke salvándome la vida. Entonces lo veo, la daga es curvada y el puño es amarillento.

— Curvada, el puño estaba amarillento y no era la primera vez que clavaba esa daga. Él sabía el daño que podía causar con ella, por eso la trajo consigo. —Diana queda pensativa. Tal vez está tratando de encontrar alguna respuesta para saber que significa esa daga y el daño que puede causar en Myke. — Lucifer sabía que iban a revelarse, por eso la trajo consigo, porque no confiaba en Ethan y mucho menos en Myke.

EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora