EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]

Capítulo 44.

YULIMA TYLER.

Entre la espada y la pared.

Antes pensaba que Diana era una simple mortal, que Ethan se equivocó al asesinarla y que debió haberla resucitado al instante, pero viendo a penas un ápice de la inteligencia y el poder que posee, no estoy segura de tener los mismos pensamientos hacia ella. Tal vez antes no era despiadada, y tal vez amó profundamente a Ethan, pero después de tanto tiempo vagando entre los dos mundos, oscureciéndose y con sed de venganza, resucitarla sería demasiado peligroso.

— No. —Ethan agarra mi brazo para apartarme de ella y me lanza lejos evitando un nuevo acercamiento o manipulación por su parte. — He tratado con muchas brujas, tantas que puedo deducir lo que realmente ganarías con esto.

— No hace falta que deduzcas nada, yo te lo diré. —Pasa de estar lejos, a estar cerca de mí nuevamente. — Quiero recuperar todo el poder que perdí al enamorarme estúpidamente de un demonio, que posteriormente acabó con mi vida cruelmente.

— Te beneficiarías de la masacre que ocurrió en este pueblo para hacer crecer tu magia. —Lo que dice hace que ella asienta mientras le sonríe, malvadamente por su puesto. — ¿Y después qué?

— Te encerraré en el infierno por el resto de los siglos. —Responde con sinceridad mientras su mirada está fija en mi.

Miente. La sinceridad siempre es trasmitida por los ojos; cuando no eres capaz de mirar a los ojos a la persona que intentas convencer de tu "verdad", es demasiado notorio que estás mintiendo o puede que no, puede que solamente el recuerdo de su amor frustrado siga atormentándola.

— No me hagas reír. Sabes perfectamente que ni siquiera obteniendo el poder de la tragedia, podrías vencer a un demonio. —Le dice respondiéndole a su amenaza. — Intentarías vengarte, pero no ocurriría nada más que tú regreso al mundo fantasma.

— ¿Quieres saber por qué el ser al qué llamáis bestia teme tanto por mi regreso? —Me pregunta recibiendo por parte de él mucha más ira.

Cierro los puños frustrada. No necesito conocer la historia y tampoco los miedos de Ethan. Sacudo mi ropa llena de polvo por la caída que me ha provocado el empujón de Ethan, y me acerco nuevamente a Diana para explicarle una vez más con detalle lo que deseo realmente.

— No necesito escuchar vuestras estupideces ¿Quieres saber lo qué quiero? Quiero que utilices tu maldito poder para traerme aquí a Myke, que lo encierres el tiempo suficiente para permitir que yo consiga traerlo de regreso. —Frunzo el ceño furiosa— Y si después quieres utilizar tu regreso para desahogarte con tu demonio, podrás hacerlo.

— Yulima. —Puedo notar el profundo enfado de Ethan al deducir cuál es mi decisión.

— ¿Qué necesitas para resucitar? —Le pregunto a Diana.

— Estas dispuesta a traerme de vuelta. —Dice con asombro. No esperaba mi decisión.

— Si.