━❝𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗔𝗭𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗠𝗔𝗥❞ ፧ 𝗞𝗘𝗜𝗚𝗢 𝗧𝗔𝗞𝗔𝗠𝗜

✐┊Razón N°5.

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☁️Siempre tendría sueños que complir contigo. ☁️
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Para Keigo el mundo es un lugar inmenso que sólo desearía observar con su amada, desde su amorío suele compartir sus deseos, metas y gustos con alguien quien nunca pidió. Simplemente fue la vida quien los unió.

Desde hace mucho se realizó la costumbre de ir a lo más alto de un edificio con su ayuda, para así, observar como el cielo era tornado de colores pasteles debido a los rayos solares, mientras el aire puro recorrían en ambos cuerpos de golpe. Siempre permanecían sus brazos en tu alrededor para asegurarse de mantenerte a salva. Pese a que podían estar en la cima, pese a que podías ver a todas esas personas en miniatura desde lo más alto, o tus piernas estuviesen colgando de la azotea, simplemente no podías obtener el miedo a caer; ya que él estaba ahí. Ustedes estaban ahí, como lo más insignificante viendo lo maravilloso que puede ser a veces la vida.

—Oye preciosa.—Hablaba Keigo con suavidad.—¿No te da miedo permanecer aquí?—Preguntó al llevar su mirada hacia tus ojos con intención de leer tu expresión.

—¿Por qué debería?—Acercaste tu cuerpo aún más al de tu amado, mientras ocultabas tu rostro en su cuello.—Estás aquí conmigo, y mientras eso sea así, no debería porqué temer—.

Su expresión pasó a una de sorpresa, sus labios abrieron por escasos centímetros mientras ambos ojos se expandían con suavidad.

—Me alegra saber eso de ti... —Susurraba mientras acariciaba tu cabello con suavidad.—Siempre he pensado que nunca te arriesgaría a algo si no estoy lo suficientemente seguro de salvarte, además, desde que te conocí... mi sueño ha sido llevar a verte las maravillas del cielo, ¿sabes?—Inhaló aire con pesadez mientras proseguía.—Suena malditamente cursi, lo sé, pero... espero cumplir ese sueño—.

—¿Luego de cumplirlo, qué harás?—Cuestionabas al posar su mirada en él.

—Supongo que luego de ello, te haré saber que pese a todas las cosas hermosas que hemos visto, nada de ello se compara contigo... —Ambas comisuras de sus labios se elevaban levemente.—Podemos ver miles de estrellas, pero para mí, siempre serás la que brille más. Inclusive, podemos ver el cielo más resplandeciente del mundo, pero para mí, seguirás siendo mejor que eso—.

Con una de sus manos, quitó con suavidad los lentes que él poseía mientras proseguía a llevar sus dedos en tu barbilla, para visualizarte aún mejor sin la necesidad de ser obstruido por algún objeto.

—Tú eres más hermosa que este atardecer, ¿de acuerdo? Eres la mujer más bella y la única que puede superar este mundo—.

Llevó hacia ti sus labios para ser unidos con los tuyos, era un beso lento quien poseía ternura de su parte. Podías sentir esa suavidad que poseía mientras jugaba con sus manos en tu cabello y la restante en tu barbilla.

—Ouh, también te haré recordar que eres jodidamente caliente.—Habló con voz grave luego de terminar con una risa burlona al observarte teñida de carmín.