✐┊Razón N°11.

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╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗☁️Siempre te despertaría con un desayuno preparado por él

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☁️Siempre te despertaría con un desayuno preparado por él. ☁️
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Aún te encontrabas en cama enrollada con las sábanas en tu cuerpo, mientras escuchabas las suaves brisas golpear por las ventanas

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Aún te encontrabas en cama enrollada con las sábanas en tu cuerpo, mientras escuchabas las suaves brisas golpear por las ventanas. Sentías cómo los rayos del sol atravesaban por las mismas, provocando un disgusto al no tolerar la luz a temprana mañana. Ligeramente abrías ambos ojos para luego frotarlos con fatiga, tratando de acomodarte a la luz que entraba a la habitación. Pasaron algunos segundos para inspeccionar tu alrededor para no encontrarte con Keigo en cama, hasta que suavemente te despojabas de las sábanas en busca de tus pantuflas.-Esas mismas que tenían de decorado a un pequeño pollo entre ellas.-Acomodaste tu cabello con pereza mientras bajabas las escaleras que conducían a la sala principal. En tus fosas nasales recorría un olor cálido y deseoso, que venía a través de la cocina.

Cada vez que tu cuerpo se aproximaba al lugar, el olor se expandía aún más haciéndose presente. El cuerpo de Keigo se hacía visible al entrar al lugar, era gratificante poder verlo preparar el desayuno de ambos con amabilidad, hasta que él se percató de tu presencia al elevar la comisura de sus labios levemente.

—Buenos días, hermosa.—Decía al limpiar sus manos en papel-¿Qué tal dormiste?—.

—Buenos días, Keigo.—Respondías aún cansada mientras lo abrazabas por la espalda.-Supongo que bien, aunque aún tengo un poco de sueño.

—Tú siempre tienes sueño.—Bufó.

—¡Eso no es cierto!—Elevabas el tono con capricho.

—Vamos preciosa, si mientes esa nariz crecerá.—Prosiguió a dar la vuelta para permanecer de frente.—Y no creo que quieras tener una nariz aún más grande—.

Besó con gentileza la punta de tu nariz, al corresponder el abrazo de igual manera. Mantenía una sonrisa característica de él, al jugar con los mechones de tu cabello en el abrazo.

—Oye, ¿quieres comer?—.

—Sí, ¿qué es lo que tienes?—.

—Hay de todo un poco, ya sea que quieres esos pancakes con mermelada, o quieres lo que tienes frente de ti.—Hablaba al señalarse así mismo con tono pícaro.—Pero si quieres comer ambos por mí no hay problema.—Bufó.

—¡Keigo!—Gritabas nerviosa.

—Wow, Wow tranquila pajarito. Es broma, aunque si quieres no es broma.—Reía a carcajadas al visualizarte con un tono carmín.

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━❝𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗔𝗭𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗠𝗔𝗥❞ ፧ 𝗞𝗘𝗜𝗚𝗢 𝗧𝗔𝗞𝗔𝗠𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora