━❝𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗔𝗭𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗠𝗔𝗥❞ ፧ 𝗞𝗘𝗜𝗚𝗢 𝗧𝗔𝗞𝗔𝗠𝗜

✐┊Razón N°20.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗
☁️Keigo te regalaría una de sus plumas.☁️
╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

Ambos se encontraban en una cita, era de aquellas que tanto amabas estando en una sola noche con su compañía. El cielo estaba completamente oscurecido, sin embargo, algunas pequeñas estrellas la hacían ver más linda de lo inusual, parecían pequeñas gotitas brillantes que resaltaban entre la oscuridad. Mientras sentías las cálidas brisas chocando en tus pómulos en aquella azotea del restaurante.

Todo era únicamente para ustedes dos, Keigo lo había reservado con anticipación para brindarte una muy querida sorpresa. Todo en ese lugar tenía un ambiente agradable y refrescante, cada esquina era iluminado con pequeñas lámparas de distintas formas, eran elegantes y serenas. Mientras que el suelo parecía fino y de mármol, la música de fondo hacía resaltar más ese preciado lugar. Una música clásica, tranquila y sin molestias.

—Keigo, no debiste hacer esto.—Decías apenada.—Todo esto parece muy caro...—.

—Lo sé, pero sabes que prefiero aprovechar lo que he invertido en ambos.—Elevaba cada comisura de sus labios mientras sus ojos se volvían pequeños a causa de la sonrisa.—No es molestia para mí hacerlo, además, tengo una sorpresa más para ti—.

De manera ligera se levantó del asiento, para luego aproximarse hasta tu posición y posar detrás de ti. Sentías como esa colonia se dispersaba en tu alrededor, a causa del movimiento que Keigo realizaba. Inclinó su cuerpo hasta colocar su rostro a un lado de tu oreja.

—Siempre he querido darte una parte de mí, y eso es porque quiero que sepas que siempre estaré ahí para ti, aunque la distancia esté de por medio—.

Sentías como era colocado una especie de cadena en tu cuello. Profundizaba una heladez al hacer contacto con tu piel, provocando un leve temblor en ti sin previo aviso. Por inercia, llevaste una de tus manos hacia la cadena hasta sentir entre tus dedos una suavidad extrema. Tu mirada fue en busca de aquello que brindaba serenidad hasta clavar tu vista en una pequeña pluma rojiza.

—Esto es una muestra más de mi amor por ti.—Susurró en tu oído luego de brindar un corto beso en el lugar.—Siempre que tengas un problema, inseguridad o tristeza. Recuerda ver esta pluma, tomarla con tus pequeñas manos y pensar en mí. Cuando eso pase, me aseguraré de estar inmediatamente ahí para ti—.

En ese momento, sentías un ardor brotar en tus pómulos, realizando un leve color carmín. Era lo más lindo que Keigo pudo haber hecho en ese instante, sabías que esa pluma le pertenecía a él, y con ello podrías sentir su compañía cuando más lo necesitaras.

—Te amo, ¿de acuerdo? Guarda muy bien esto, sé que te ayudará en tus peores momentos—.