━❝𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗔𝗭𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗠𝗔𝗥❞ ፧ 𝗞𝗘𝗜𝗚𝗢 𝗧𝗔𝗞𝗔𝗠𝗜

✐┊Razón N°49.

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☁️Hablaría de ti, hasta con su hijo.☁️
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—Oye, papá—Llamaba su pequeño niño al apagar la televisión.—¿Por qué te enamoraste de mamá?—.

Y ahí se encontraba el alado, sentado en el sillón marrón a un costado de su hijo, observando la pantalla plana de su celular como cotidianamente lo hace. Sin embargo, toda su atención la colocó al pequeño quien le interrogaba.

—He visto como la ves todos los días, siempre le sonríes y la besas sin aburrirte.—Decía al clavar su vista a su padre, quien lo veía desde arriba a causa de la altura.

—¿Por qué preguntas eso?—.

—Porque al ver a los papás de mis compañeros de clase, es distinto. No hay brillo en sus ojos como en los tuyos, o un poco de simpatía—.

El niño llevaba sus rodilla hasta pegarlas en su pecho, provocando que rodeara sus pequeños brazos entre sí.

—Oh vamos, ¿pero cuántos años tienes?—Bufó Keigo.

—¡Papá! Tengo once y medio—.

—¿En serio? Pareciera que estoy hablando con un adulto—Las manos de Keigo fueron llevadas hasta la cabeza de su hijo, haciendo que éste despeinara su cabello en modo de juego.—¿Realmente quieres saber por qué me enamoré de ella?—.

Asentía el niño con total seguridad, haciendo que prestara mucha de su atención en las expresiones de su padre junto a la melodía de su voz.

—Me enamoré de ella, porque fue la única persona que me iluminó la vida con sólo una sonrisa. Ella y su carisma, sus expresiones, virtudes y defectos provocaron que cayera rendido por ella—.

—¿Alguna vez dudaste del amor que sentías hacia mí mamá?—.

—Nunca. Ha decir verdad, no podría encontrar razones para dudar. Gracias a ella supe lo que era la felicidad, lo que es estar enamorado y felizmente casado—.

—Pensé que el amor era dolor—.

—Lo es, con la persona incorrecta.

—¿Y cómo sabré que tendré a la persona correcta?—.

—La persona correcta te mirará con una sonrisa en su rostro, con brillo en sus ojos. Esa persona no provocará que andes detrás y rogándole. Con la persona correcta, no sentirás inseguridad. Dormirás con la suficiente paz y consciencia de saber que el día de mañana, esa persona seguirá ahí y te amará el doble de lo que te amó el día de ahora—.

—Pero, ¿no es normal que las parejas discutan? Mamá y tú nunca discuten...—

—Claro que es normal, tontito. Sólo es de saberlo manejar para que ninguno salga herido. Entre nosotros existe la comunicación, y eso facilita las cosas—.

—Es complicado de entender—.

—Lo es, por eso lo entenderás cada vez que avances en la vida. No es sencillo, pero tampoco complejo—.

— ¿Y mamá te ama?—Preguntaba el niño anhelando una respuesta.

—Pregúntale tú mismo, y lo entenderás—.

[...]

—Oye, mamá. ¿Tú amas de la misma manera en la que papá te ama?—Preguntaba tu hijo al clavar su mirada en ti.