Un Tramo Impensado <°Mo Dao Zu Shi°> EN PROCESO

Capítulo 25

Primero que nada déjenme decirles que me sorprendí mucho cuando publiqué el capítulo anterior, me habían llegado 64 notificaciones xd.

Y bueno, se darán cuenta que estaba algo corto si, pero fue porque lo publiqué sin querer queriendo. Ahora, ¿cómo pasó eso?

Bien, imagínense que están acostados en su cama en la noche, están escribiendo y sin notarlo ya se quedaron dormidos. Y cuando despiertan se dan cuenta de que publicaron mientras dormían.

Pueeees~... Eso me pasó a mi, jeje.

Lo bueno es que se que muchos quieren la historia y todo, además de que el capitulo concluyó en una parte intrigante, ¿lo malo? Es que se supone que iba a escribir más sobre el sueño de Wen Fei, pero ¿que va hacerse?

Y con esto les dejo la continuación del sueño.
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Pov. Wen Fei.

Bueno, ya no era tan incómodo estar en los brazos del sujeto.

Podía ser eso o es que mi cuerpo de bebé era moldeable.

--- Es eso... ---oí murmurar de su parte.

Sentí una penetrante mirada posarse en mi. Estaba incapacitada para ver, esto a causa de la oscura noche y las nubes que cubrían todo rastro de luz que el cielo podía compartir, incluyendo a eso que la visión de una bebé tenía límites de distancias y no se desarrollaba por completo todavía. A pesar de tener aquellos aspectos en contra, yo si sabía que la persona que me miraba era el mismo que me cargaba.

--- ¡Bah! ---pronuncie inesperadamente.

Mi balbuceo sin sentido hizo que el desconocido diera un pequeño brinco del susto, entendiendo esto por el ligero temblor y sacudida de sus manos y cuerpo.

Eso me pareció muy divertido.

--- Jehjehjeh ---me reí divertida y casi con burla.

--- Tú... ---dijo ligeramente avergonzado.

Sé que lo estaba, especialmente porque escuché a mamá carraspear un par de veces para disimular su propia risa.

Era divertido en verdad, pero aún pensaba en la frase que le dijo mamá:

"La sangre llama a su sangre"

...........

El ambiente se había vuelto mucho más frío que antes, no tenía ninguna manta que me cubriera para protegerme del frío. Únicamente sentía algo muy calientito aferrarse, no podía distinguir quien era o si lo conocía, pero identificaba que se trataba de una persona. Este respiraba con dificultad y su temperatura corporal ayudaba de alguna forma a que yo estuviera estable, en cambio él no lo estaba para nada, todo indicaba que tenía fiebre y la pasaba muy mal.

Ambos estábamos mal, él enfermo y yo hambrienta, cansada y con frío, esto último no podía evitarse de todas maneras. Era de noche, estábamos solos, no veía nada y los únicos sonidos presentes fueron los jadeos de la persona y el crujidos de las ramas.

Sin embargo, de un momento a otro me centré en los crujidos, reconociendo que eran pasos apresurados de una persona que andaba merodeando cerca de nuestra posición.