Capítulo 26

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Desplazándose velozmente, una pequeña y escurridiza sombra había entrado a uno de los campos de entrenamiento de la secta YunmengJiang, siendo perseguida por una silueta mucho más grande y no tan veloz, incluso podría decirse que era algo torpe por sus extraños movimientos.

--- ¡Eh! ¡Vuelve aquí! ---llamó jadeante la silueta--- ¡Regresa!

Entonces la sombra respondió en un tono entre fastidiado y adolorido:

--- ¡Miaoooooow...!

Ya estaban cerca de una antorcha que iluminaba parcialmente un área del campo de entrenamiento. El primero en pasar fue la sombra, revelando que era el pequeño felino de la Maniática Prodigio, el cual corría con la cola apuntando al cielo. Luego fue el turno de la silueta, tratándose de nada más y nada menos que de la misma Wen Fei, quien corría detrás de su mascota expresando arrepentimiento y preocupación.

--- Gatito... ¡Tao! ---siseó adolorida a causa de que sus músculos estaban contrayendose y reclamando por algo de descanso y calma--- ¡Perdoname, por favor!

--- ¡Giiis~! ---le dieron como respuesta.

--- ¡Tao, por favor! ---tragó saliva, sintiéndose algo cansada--- ¡Gatito, te prometo que no va a pasar de nuevo! ¡Disculpame!

Sin embargo, el animalito no escuchó razones y continuó corriendo sin mirar atrás.

--- ¡Tao!

Wen Fei no estaba en condiciones de correr como habitualmente lo hacía, mucho menos empezar una carrera similar a la presente.

Sin ninguna otra opción tuvo que ceder a las protestas de sus extremidades, no quería pasar de un simple dolor a desgarrarse los músculos y empeorar su estado físico. Paró en seco jadeante, agachandose con cuidado tomó asiento en el suelo del campo de entrenamiento y luego se recostó de espaldas, respirando repetidas veces para recuperar el aire que necesitaba regresar a sus pulmones.

El punto a favor de esto es que logró atravesar por completo el campo de entrenamiento, descansando en el extremo contrario de donde había salido. Además, a esa hora soplaba la fría brisa nocturna, ayudando de alguna forma a que la chica se refrescara y regulara su temperatura.

--- Taooo~... ---llamó cansadamente--- Vuelveeeeee.

Esta vez no hubo respuesta, es mas, ni siquiera el viento hizo sonido alguno para responderle. Únicamente brotó un quejido de sus labios para sentirse acompañada y empezó a divagar.

--- Si estoy así ahora, no me quiero imaginar cuando llegue a convertirme en una ancianita ---puchereó--- Lo bueno es que no me quedan esos talismanes especiales, pero lo malo... ---curvó los labios hacia abajo--- Hay que hacer más en caso de emergencia.

Observó el cielo estrellado. En el Muelle del Loto era posible apreciar las estrellas gracias a que estaba despejado, revelando un ancho camino de puntos brillantes que tomaban posición donde se les diera la gana, y más abajo los acompañaba la luna menguante.
A pesar de tener tan maravillosa vista desde ese lugar, un par de estrellas juntas y ligeramente celestes llamaron la atención de Wen Fei, recordándole inevitablemente al ser que poseía el mismo color de ojos.

--- Pobre Tao, él no merecía eso ---pensó sintiéndose culpable--- Si tan solo me hubiera fijado en lo que hacía...

Suspiró pesadamente.

--- Mi gatito... ---infló las mejillas--- Si yo fuera él, también saldría corriendo y sin mirar atrás...

Guardó silencio y continuó recriminandose dentro de su cabeza. Inhaló profundo por la nariz, dejando que el frío ingresara por sus fosas nasales.

Un Tramo Impensado <°Mo Dao Zu Shi°> EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora